Capítulos 5, específicamente los versos 12.12 al 21. Romanos 5, 12 al 21. La predicación de esta mañana será titulada "Los dos Adanes". Vamos a leer, oramos y comenzamos a desarrollar.
Dice así:
"Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y la muerte por el pecado, así también la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos pecaron. Pues antes de la ley había pecado en el mundo, pero el pecado no se imputa cuando no hay ley. Sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, aún sobre los que no habían pecado con una transgresión semejante a la de Adán, el cual es figura del que había de venir. Pero no sucede con la dádiva, como con la transgresión. Porque si por la transgresión de uno murieron los muchos, mucho más la gracia de Dios y el don por la gracia de un hombre, Jesucristo, abundaron para los muchos. Tampoco sucede con el don, como con lo que vino por medio de aquel que pecó. Porque ciertamente el juicio surgió a causa de una transgresión, resultando en condenación. Pero la dádiva surgió a causa de muchas transgresiones, resultando en justificación. Porque si por la transgresión de uno, por este reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por medio de uno, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y el don de la justicia. Así pues, tal como por una transgresión resultó la condenación de todos los hombres, así también por un acto de justicia resultó la justificación de vida para todos los hombres. Porque si así como por la desobediencia de un hombre, los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. Y la ley se introdujo para que abundara la transgresión. Pero donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia. Para que así como el pecado reinó en la muerte, así también la gracia reine por medio de la justicia para vida eterna, mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén."
Oremos.
Señor y Dios, exaltado seas Tú en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra. Porque Tú eres nuestro Creador, porque Tú eres nuestro Sustentador, porque Tú eres nuestro Redentor. Y te glorificamos, oh Señor, porque cuando abundó el pecado, sobreabundó Tu gracia. Gracias, oh Señor, porque cuando las tinieblas del pecado se hicieron más densas, la luz de Tu gracia brilló con más intensidad por medio de Jesucristo. Oh Señor, una vez más te repetimos, toda la gloria, la honra y el honor sean sólo para Ti. Tú la mereces. Y a Ti pertenece. Padre, y te damos gracias por habernos dado la oportunidad de reunirnos otra vez este domingo, para exponernos a Tu palabra. Gracias por la oportunidad que Tú nos das, de poder expresarte con nuestras alabanzas y oraciones, lo que Tú significas para nosotros en Cristo. Pero gracias, oh Señor, por este momento que nos has dado, de ahora sentarnos como María, para escuchar de Ti. Háblanos, oh Señor, es aquí que Tus siervos escuchan. Pero, Padre, no somos ajenos a la realidad. Es un instrumento humano el que ha de hablar en este momento. Por eso te ruego, ayúdame. Ayúdame a ser fiel en la letra y en el espíritu a lo que vamos a estudiar, para que Tú te lleves toda la gloria y nosotros todo el beneficio. Te rogamos, oh Padre, transforma a aquellos que estamos aquí, o síguenos transformando más como Cristo. Y a aquellos que ya están aquí o nos escuchan y no te conocen, conquístalos con la belleza de Tu gracia. Atráelos hacia Ti y que salgan de aquí confesando que Jesucristo es el Señor para gloria Tuya. Porque te rogamos todas estas cosas en los méritos de Cristo. Amén.
En una ocasión, llegué al salón de clases con el objetivo, venía matándome en la cabeza, de explicar una de las doctrinas más difíciles que hay en la Biblia de asimilar, la doctrina del pecado original. Es decir, la enseñanza bíblica de que lo que hizo Adán tuvo efectos o resultados no solamente sobre él, sino también sobre todos nosotros. Así que me venía debatiendo cómo ilustrar esto. Así que llegué al aula, era en octavo curso, y digo yo, ok, mis hijos, saquen una hoja y un lápiz, tenemos un examen sorpresa.
¿Qué ustedes esperan que sucedió? ¿O esperaban que iba a suceder? Todos comenzaron a protestar alegando que ellos no estaban listos, que se iban a quemar. Y después de varios minutos de queja, ignorando que realmente yo no iba a quemar, yo iba a dar un examen, era una ilustración para introducir un punto, le dije, ok, vamos a hacer una cosa. Lo que vamos a hacer es que vamos a tomar a un solo estudiante de este curso, y le vamos a dar el examen a ese solo estudiante. Y lo que saque el estudiante se lo vamos a poner a todo el mundo.
Lo más curioso es que nadie protestó, sino que todas las miradas se dirigieron hacia la misma persona, fulanita, hacia allá. Y yo les pregunto, intrigado, ¿y no les molesta? No. ¿Hay por qué? Porque con ella estamos bien representados. Esa fue su respuesta.
Y el punto de esta historia, que es real, es ilustrar que así como el problema humano con Dios comenzó con un hombre que nos mal representó, así también el problema ha sido resuelto por la iniciativa de Dios a través de otro hombre y su excelente representación. Y eso ni es inconsistente con el carácter de Dios, ni tampoco es ajeno a la experiencia humana. Y de eso se trata este texto. Romanos 5, del 12 al 21.
Admitimos, de entrada, que el texto parecería estar totalmente desconectado de lo que vimos la semana pasada. ¿Recuerdan? Romanos 5, 1 al 11. Los gloriosos resultados de la justificación por haber entrado a esta esfera de gracia. Tenemos paz con Dios. Y ahora por esa paz viene gozo en la esperanza, gozo en medio de la prueba, gozo en Dios mismo. Todo es paz, justicia, paz y gozo en Cristo. Y ahora de un pronto, al leer este texto, parecería que todo está desconectado, pero no es así.
Pues como vemos en el verso 12, fíjense que inicia con las palabras "por tanto". Hay una conexión y de hecho el "por tanto" indica que lo que vamos a ver ahora en los versos 12 al 21 fluye de manera lógica de lo que él viene diciendo en los versos anteriores. ¿Y qué es lo que Pablo trata aquí? Él trae a la mesa los dos Adanes. El primer Adán y Jesús, que es tratado en la Biblia como el postrer Adán o el segundo Adán. Y los trae a la mesa con el firme propósito de presentar cómo en Cristo no simplemente fue resuelto el lío que dejó Adán, es que lo resolvió con creces.
Debido al pecado de Adán vino el problema a la raza humana y debido a la representación del segundo Adán no fue simplemente que aquello quedó resuelto, es que fue resuelto y se logró una victoria con creces. Y deberíamos aclarar que aquí en el capítulo 5, versículo 21, termina el desarrollo de la doctrina de la justificación por la fe. Ya del capítulo 6 hasta el capítulo 11, Pablo va a responder algunas preguntas que surgen a partir de esta doctrina.
Pero bueno, toda la información de este texto, Romanos 5, 12 al 21, los dos Adanes, la vamos a dividir en cuatro partes. Primero, el fracaso del primer Adán y la necesidad del segundo. En segundo lugar, la diferencia entre esos dos Adanes. En tercer lugar, la similitud entre esos dos Adanes. Y en cuarto lugar, la razón de la ley. Entonces, ¿para qué la ley? Si todo esto se basa en un modelo de uno para todos, entonces, ¿para qué sirve la ley?
Comencemos entonces con el primer punto: el fracaso del primer Adán y la necesidad del segundo. Leo los versos 12 al 14. Dice: "Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y la muerte por el pecado, así también la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos pecaron. Pues antes de la ley había pecado en el mundo, pero el pecado no se imputa cuando no hay ley. Sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, aún sobre los que no habían pecado con una transgresión semejante a la de Adán, el cual es figura del que habría de venir."
Como dije anteriormente, esta sección fluye de manera lógica de la anterior, como le indican las palabras iniciales, "por tanto". O sea, ese "por tanto" me conecta las dos mitades. La pregunta es la siguiente: ¿cómo se conectan esas dos mitades? Ese "por tanto" me indica que esto está conectado. ¿Cuál es el denominador común?
Usted recuerda en matemática cuando le ponían a fracciones, que había que buscar un denominador común. Lo hay. Fíjate el verso 11 cómo termina. Lo voy a leer entero: "Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliación." Y mira cómo termina el verso 21: "Para que así como el pecado reinó en la muerte, así también la gracia reine por medio de Dios, por medio de la justicia para vida eterna, mediante Jesucristo nuestro Señor."
Hay una frase que aunque en español está invertida, es idéntica en el griego. Verso 11: "Por medio de nuestro Señor Jesucristo." Versículo 21: "Mediante Jesucristo o por medio de Jesucristo nuestro Señor." Así que el denominador común entre estas dos mitades es esta: la obra mediadora del Señor Jesucristo.
¿Y por qué traer esto? Oh, porque en el versículo 11 Pablo dejó claro que el problema entre la humanidad y Dios fue resuelto por medio de un hombre. Así que la pregunta que surge ahora, ¿cómo así? ¿Cómo es que Dios ha resuelto el problema entre la humanidad y Él a través de un hombre? Y Pablo lo respondería en los versos 12 al 21 de esta manera. Sencillo. De la misma manera en que el problema comenzó por medio de un hombre. ¿Entiende la idea? ¿Cómo es esto de que Dios resuelve todo el problema a través de un hombre? Y Pablo dice: de la misma manera que el problema comenzó por medio de un hombre. Todo comenzó con el primer Adán. Todo se resuelve con el segundo Adán.
Pero vamos a verlo en detalles. Según vemos en el verso 12, el problema humano se resume a dos palabras: pecado y muerte. Lo que le he llamado el dúo dinámico, pero del terror. El pecado y la muerte. Y según Pablo, ese dúo, pecado-muerte, se introdujeron al mundo, o fueron introducidos al mundo, por medio de una cadena descendiente. O lo que alguien le llama "descendente", perdón. O como alguien le ha llamado "etapas de degradación".
¿Cuál es la primera etapa de degradación? Recuerden, pecado y muerte. ¿Cómo llegaron al mundo? Primer eslabón de la cadena, verso 12: "Tal como el pecado entró en el mundo por un hombre." Pablo no niega que a nivel cósmico, o universal, el pecado comenzó en el mundo angelical. El pecado comenzó cuando Dios dijo: "Hagamos al hombre a nuestra semejanza, a nuestra imagen." Eso significa mucho. Significa que Dios le entregaría a la humanidad la administración de todo lo que él había creado. Y Dios comunica eso en un concilio angelical, y hubo uno de ellos que no estuvo de acuerdo. Ustedes conocen el resto de la historia. El pecado comienza en el mundo angelical.
Sin embargo, no estamos hablando a nivel cósmico, estamos hablando en el mundo humano. El pecado en la humanidad comenzó por medio de un hombre. Y no se necesita ser un genio de la NASA. Por la teología bíblica y por los paralelos de Pablo, queda claro que ese hombre es Adán. Así que en la introducción del problema, pecado-muerte en el mundo humano, comienza con un hombre. Su nombre es Adán.
Y hay dos cosas aquí, ya de entrada, para resaltar. Número uno, Pablo está enseñando de entrada que Adán es un hombre. Adán es un personaje histórico. Adán no es un mito. Adán es un personaje que actuó en el tiempo y en el espacio. En el principio, en una región llamada Edén, que va entre el Golfo Pérsico y el Mar Mediterráneo, por ahí había un huerto, y ahí Dios puso a este hombre. Tiempo y espacio. Y es tan histórico que sus acciones tuvieron repercusiones en él y en nosotros. Y todavía lo seguimos viendo.
Mire, mi hermano, si Adán es un mito, también Jesús. Pablo los pone a la par. Por lo tanto, Adán es tan histórico como lo fue Jesús. Vivió en el tiempo, en el espacio, y sus acciones tuvieron repercusiones para con él y toda su descendencia. Así que tú vas a decidir, si tú crees eso, como yo lo creo, se van a burlar de ti. Pero tú vas a decidir, tú vas a decidir a quién le vas a creer: a Dios cuando dice que toda la raza humana viene de un hombre y una mujer que él creó, que es lo que vemos hoy.
Porque, ¿cómo nacen seres humanos hoy? A partir de un hombre y una mujer, ¿verdad? Eso es lo lógico, eso es lo que yo veo hoy. Así que tú decides si le crees a Dios cuando Él dice que la historia comienza con Adán y Eva, o le vas a creer a unos mentirosos evolucionistas que dicen que todo comenzó con una mona que se llamaba Lucy, que al final resultó ser un chimpancé. Revísalo. Así que tú decides. Yo prefiero creerle a Dios. Adán es un personaje histórico, tan histórico como Jesús.
Pero hay algo más que quiero resaltar. El pecado entró en el mundo por medio de un hombre. Mis amados hermanos y amigos, a nivel práctico, esto nos enseña que aquel al que más privilegios se le dan, más se le va a exigir. ¿Cómo así? Aquí hay algo que hay que resaltar. Según el relato de Génesis, Eva fue la engañada, no Adán. Sin embargo, en ningún lugar de la Biblia se enseña que el pecado entró en el mundo por medio de una mujer, por medio de un hombre. Por medio de Adán, la Biblia enseña, entró el pecado y la miseria en el mundo.
Y como me decía un hermano, usted sabe para todo que hasta en Génesis se ve, porque Eva comió, ok, comió, fue engañada, pero fue cuando Adán comió que los ojos de ambos fueron abiertos. Ahí comenzó el sentimiento de culpa. ¿Y por qué Adán fue más culpable? O porque Adán era la cabeza o el representante de toda la humanidad, la responsabilidad mayor estaba sobre él.
Y para agregarte una nota al pie de la página, hay evidencia textual de que cuando Eva tomó del fruto, Adán estaba al lado de ella, como un monigote así, viendo a su esposa ser engañada y no protegerla. Adán fue el culpable, más culpable. Ella fue engañada, pero el pecado y la muerte entraron por un hombre. Y esto tiene algo para nosotros, mis amados hermanos y amigos. Y es que hay muchas cosas que así como entraron al mundo, pueden entrar a nuestros hogares, a nuestros hogares y a nuestras naciones. Y al final, entre como entre, al final la responsabilidad mayor está en la cabeza del hogar.
Usted dice ser cabeza, pues revise bien lo que pasa en su casa. Porque yo no veo a Dios llamando a Eva primero, Adán fue el primero que llamaron. ¿Por qué? Porque él era el representante. Al que más se le da, más se le exige. Mi amado hermano, mi amado amigo, hay cosas que van a entrar a tu casa, que posiblemente algunas de ellas van a escapar de tu control, pero en la mayoría de los casos, las cosas que entran a nuestros hogares y a nuestra nación, entran por culpa de un descuido de la cabeza. Así como Adán no cuidó a Eva, así también muchas cosas entrarán a nuestros hogares y naciones, porque un cabeza no cuidó a aquellos que están bajo su gobierno o bajo su cuidado.
Pero eso nos lleva al segundo escalón. El pecado entró en el mundo por un hombre, Adán. Pero Pablo sigue en el verso 12, él agrega, y la muerte entró por el pecado. ¿Y por qué? Porque Dios le había dicho a Adán en Génesis capítulo 2, verso 17: "Adán, si tú transgredes el mandamiento, si tú comes de ese árbol del cual yo te dije que no comieras, ciertamente morirás." Dios dejó claro desde el principio que la consecuencia del pecado sería la muerte. Como dicen por ahí, guerra avisada no mata soldados. Dios le advirtió.
¿Qué hizo Adán? Desobedeció. Adán pecó. Ahí comienza el pecado en la raza humana y junto con el pecado comienza la muerte. No sólo el pecado, la muerte entró en el mundo por un hombre. Y aquí hay también una lección, una lección teológica práctica. Y es que según este relato, en el mundo existen dos tipos de males. Hay muchos males, pero todo al final se resume a dos. El mal moral, o lo que le llamamos el pecado, y el mal situacional para referirse a calamidades, desgracias y la muerte misma. La Biblia dice que hay un mal moral o pecado, hay un mal situacional o las circunstancias dolorosas, incluyendo la muerte.
Pero estos dos males tienen un punto en común. El mal situacional comenzó en el mundo, o las catástrofes y la muerte, por causa del mal moral. Porque el mal moral o el pecado siempre tendrá consecuencias. Y va a ser una presunción de la peor clase, creer que yo puedo hacer lo mismo que Adán y voy a cosechar resultados distintos. No, mi hermano, el pecado siempre traerá dolor, miseria y muerte. Pasó en Edén, allí comenzó y sigue sucediendo hoy. Ahí está la respuesta a la pregunta: ¿por qué sigo sufriendo? Bueno, sufres a veces, no siempre, por un pecado tuyo o descuido, pero en la mayoría de los casos sufres porque ya vivimos en un mundo caído donde existe el pecado, ya sea nuestro o ya sea de otro. Pero el pecado siempre tendrá sus consecuencias.
Pero luego de decir esto, el pecado entró en el mundo por un hombre y por el pecado entró la muerte, Pablo le agrega ahora un tercer eslabón a esa cadena de descenso. Y es lo que él dice al final del verso 12: "Así también la muerte se extendió a todos los hombres porque todos pecaron." Una vez entró el pecado y luego la muerte respectivamente, Pablo resalta que el problema, que es doble, pecado y muerte, ahora se propaga. Todos mueren porque todos pecaron.
Fíjense, Adán peca, entra el pecado, el hombre. Por el pecado entra la muerte. Estaba claro que ese sería el resultado. Pero ahora el problema se agrava porque el pecado y la muerte se hacen universales. Todos mueren por cuanto todos pecaron. Pero aquí hay que detenernos un poco. Aquí hay algo que explicar. Eso "todos mueren porque todos pecaron" podría interpretarse de dos maneras. La primera forma de interpretar sería: todos pecamos como Adán y por eso todos morimos. Pero hay otra forma de explicar y es: no, no todos pecan como Adán, pero aún así todos mueren.
¿Qué vamos a decir de un niño que muere en el vientre? Ese niño murió y él no pecó como Adán. Sin embargo, sí pecó en Adán. Ahí está el punto. Hay dos formas de entender esta frase. Murieron porque todos pecaron. Ese "todos pecaron" significa que todos mueren porque han pecado como Adán. Tomaron una ley, así pecó Adán. Le dieron una ley y él de manera consciente la transgredió. Pero también puede significar que todos mueren porque todos han pecado en Adán. Es decir, lo primero tiene que ver con imitación. Lo segundo tiene que ver con representación.
Lo primero significa que yo muero porque yo peco imitando a Adán. Lo segundo significa que yo muero porque cuando Adán pecó, yo pequé con él. Él me estaba representando. Pastor, ¿y cuál de las dos tiene más peso? Aunque ambas son ciertas, sin embargo, en el texto el peso recae sobre la segunda. Pablo no está diciendo aquí, por lo menos aquí, que todos mueren porque pecan como Adán, sino que todos mueren o todos morimos porque hemos pecado en Adán. Cuando Adán pecó, yo pequé con él.
Y yo sé que esto suena raro y hasta injusto, pero espere un momento que vamos a explicar y usted verá que ni es tan ilógico ni es tan injusto. El punto es, pecamos en Adán. Dos formas de justificarlo con el texto. Primero, el tiempo verbal, dice el verso 12: "porque todos pecaron." Ese verbo en el griego está en lo que se le llama aoristo. ¿Qué es un aoristo? En español sería un pasado simple. Yo jugué, yo pequé. En este texto, ellos pecaron. Está en pasado simple. Y si vamos a llevar este pasado simple a su máxima expresión, lo que Pablo está diciendo claramente es que el pecado, el problema universal del pecado y la muerte, tuvo origen en el pasado con un pecado.
Como dice William Barclay, si le vamos a dar al tiempo aoristo, o el pasado, todo su valor aquí, y en este argumento lo debemos hacer, el significado más preciso sería que el pecado y la muerte entraron al mundo porque todos los hombres, hablando de hombre y mujer, fueron culpables de un solo acto de pecado, el pecado del primer Adán, o el primer pecado de Adán. Pero Pablo no solamente demuestra esto por un verbo, sino también que Pablo lo refuerza con un argumento. La idea es que todos pecamos en Adán en participación. Y lo refuerza con los versos 13 y 14.
Fíjense que dice: "pues, el verso 13, antes de la ley había pecado en el mundo, pero el pecado no se imputa cuando no hay ley. Sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, aún sobre los que no habían pecado con una transgresión semejante a la de Adán, el cual es figura del que habría de venir." Miren el argumento de Pablo. Un tiempo. ¿Cuál es el tiempo? Dice Pablo en el verso 14, entre Adán y Moisés. Fueron muchos miles de años que pasaron. Entre Adán y Moisés pasaron miles de años. Y dice Pablo, ¿qué caracterizó ese tiempo? Que no había ley, porque la ley llegó con Moisés, al menos la ley escrita.
Fíjense que él dice en el 13: "pues, antes de la ley." Si la ley llega con Moisés, la ley escrita, ¿verdad? Entre Adán y Moisés no hubo ley escrita. Ese es el primer paso de su argumento. A pesar de ello, de que no había ley, Pablo agrega que había pecado en el mundo. Noten que él dice: "había pecado en el mundo, pero el pecado no se imputa donde no hay ley." En otras palabras, a pesar de que no había una ley escrita, ya había pecado.
Y aquí ustedes se preguntan, pero pastor, por favor, ¿cómo es que se inculpa de pecado a una persona si todavía no hay ley? Bueno, porque ellos sí eran confrontados por algún tipo de ley. Esto lo vimos, pero es para recordarlo. Capítulo 2, versículos 14 y 15. Dice: "porque cuando los gentiles, que no tienen, ¿qué? La ley." Estamos hablando del mismo tipo de persona, una persona que no tiene la ley escrita, para ponerlo en términos contemporáneos, sin Biblia. Dice: "cuando los gentiles que no tienen ley cumplen por instinto los dictados de la ley, ellos, no teniendo la ley, son una ley para sí mismos. Hay por qué, ya que muestran la obra de la ley escrita en sus corazones, su conciencia, dando testimonio y sus pensamientos, acusándolos unas veces y otras defendiéndolos."
En otras palabras, había pecado porque aunque no había una ley escrita como la que Dios dio a través de Moisés, todo ser humano tiene una conciencia y esa conciencia funciona. Alguien me decía recientemente que él cree en la universalidad de los mandamientos porque es hasta un asunto de sentido común. Y yo le dije, estoy de acuerdo contigo, pero explícate. Y él me decía, yo no necesito ser un genio de la NASA para saber que matar es malo. Y yo estoy de acuerdo. Y yo le dije, pero ¿por qué tú lo dices? Oh, porque si me mata un familiar mío, va a haber problemas. La regla de oro, lo que tú no quieres que te hagan, no lo hagas a otro. Y el positivo, lo que tú quieres o cómo tú quieres que te traten, trata a otros.
Él me decía, robar es malo. ¿Cómo tú lo sabes? Es que si me roban a mí, hay problemas. Por lo tanto, cuando yo robo a otros, aunque yo no tenga Biblia, hay algo aquí adentro que comienza a parpadear. No está bien, no está bien, no está bien. Entre Adán y Moisés no había ley escrita, pero todos fueron confrontados por la ley de la conciencia. Pero hasta ahí suena lógico, ¿verdad? El problema no es ese. El problema es que dice Pablo que a pesar de que no había ley entre Adán y Moisés, había pecado y había muerte.
Como había pecado, tenía que haber muerte, ¿verdad? ¿Por qué? Porque la muerte es la consecuencia del pecado. Pero aquí es que esto se pone más intenso. Porque él agrega: "había muerte o reinaba la muerte aún sobre los que no habían pecado con una transgresión semejante a la de Adán." Ahí es que está el punto. Entre Adán y Moisés, ¿verdad? No había ley, pero había pecado. ¿Cómo lo sabemos? Porque había muerte.
El problema es que en ese período donde no hay ley escrita, había pecado y muerte aún en aquellos, dice Pablo, que no habían pecado como Adán. Si ellos eran confrontados, lo voy a plantear de esta manera. Si en ese período ellos eran confrontados por la conciencia, ¿por qué los que no tenían conciencia también morían? Por esa razón, yo estoy totalmente de acuerdo con algunos predicadores. De que aquí Pablo está hablando precisamente de los infantes o los niños que mueren antes de tener conciencia. Y ese es el punto.
Vea acá, pero había pecado. Lo sabemos porque había muerte. La muerte reinó. Pero ¿cómo tú me explicas que también morían aquellos que no podían ser confrontados por la conciencia? Como el caso de los niños. O los niños antes de tener conciencia. ¿Cuándo comienza eso? No sé. Ahí no voy a entrar. Piper comenta lo siguiente al respecto. ¿Quiénes son estos? Creo que el grupo de personas que ruegan por una explicación más amplia son los niños. Ellos no podían entender la revelación personal. No podían leer la ley de sus corazones y escoger obedecerla o desobedecerla. Sin embargo, murieron.
Entonces aquí está el punto. ¿Por qué murieron ellos si ellos no tenían ni la ley de Moisés ni podían ser confrontados por la conciencia? ¿Por qué murieron si ellos no pecaron como Adán? La respuesta sopla en el viento. Porque no se trata de si pecaron como Adán. Se trata de que ellos pecaron en Adán. Por estar conectados a Adán, haber participado del pecado de Adán cuando Adán pecó, entonces todos mueren. Así que la frase "todos mueren por cuanto todos pecaron" significa, como alguien ha dicho, que la muerte es universal no debido al pecado de cada individuo de la sociedad, sino que la muerte existe debido al primer pecado del primer hombre, es decir, Adán.
Como dice Hendriksen, toda la raza humana estaba incluida en Adán, de modo que cuando Adán pecó, todos pecaron. Cuando el proceso de muerte comenzó a arruinarlo a él, ella afectó inmediatamente a toda su descendencia. Termina la cita. Y esto, hermanos, usted lo crea o no, yo creo que usted lo puede ver. Eso es sentido común. Y si no, abra un periódico. El pecado y la muerte. La muerte son una experiencia universal. Usted no va a encontrar una sola civilización donde no exista el pecado. Porque allí o son confrontados por la conciencia, o además de la conciencia, también tiene la Biblia o la palabra de Dios.
El pecado es universal, la muerte es universal. Por eso no va a encontrar una civilización donde no exista el pecado. Y esa es la razón por la cual, y aquí voy a dar una aplicación muy aterrizada a propósito del contexto. Esa es la razón por la cual, bíblicamente hablando, en un mundo caído, el modelo de gobierno ideal es la democracia. ¿Hay por qué? Debido a la universalidad del pecado, entregarle todo el poder a una persona o a un grupito de personas pecadoras, es un serio problema. ¿Y por qué usted cree? ¿Por qué usted lo acentúa así? O porque ahora el mundo se está dirigiendo a un socialismo. ¿Y sabe lo que es el socialismo? Lo digo sin ningún pelo en la lengua. Es entregarle todo el poder a un grupito de personas.
Ya hemos visto a dónde lleva ese modelo. No, no, no. El ideal bíblico, debido a la universalidad del pecado y la muerte, es que el poder, por lo menos en un mundo caído, debe ser repartido en un grupo de personas. Por eso apoyamos la democracia. Y en Israel era así. Dios tenía todo repartido en tres poderes. Hoy tenemos legislativo, ejecutivo y judicial. En aquel tiempo había los sacerdotes, los reyes y los profetas. Y Dios tenía totalmente prohibido el entrecruzamiento entre ellos. De igual manera, hoy tenemos todo el poder repartido en tres poderes, valga la redundancia, y entendemos que es lo ideal.
Por lo tanto, abre los ojos, hermano y amigo, el mundo se está moviendo hacia un socialismo, y el socialismo ha demostrado ser una forma de gobierno anti-bíblica y anti-humana. Porque es entregarle todo el poder a un grupito de personas, en este caso a las Naciones Unidas. Y termino la cita. ¿Y por qué usted lo dice? Porque la Biblia me da una cosmovisión para yo saber hasta por quién voy a votar. Ve pensando en eso en tu mente. Pero este texto nos lleva hacia allá.
Pastor, yo tengo una pregunta ahora. Ajá. Y todo este problema de pecado-muerte que empezó con un hombre y que se ha extendido de manera universal, ¿hay alguna solución? Porque, pastor, ¿alguien tiene que recoger lo que Adán derramó? Alguien tiene que resolver el problema que Adán dejó. Y la respuesta es sí, hay solución. ¿Por qué? Porque Adán es sólo una figura o un tipo o un patrón de otro Adán que vendría después de él. Así termina el verso 14. Adán, el cual es figura, la palabra en el griego es "tipos", un patrón, o uno parecido al que habría de venir.
Así que en este pasaje tan sombrío, en estos tres versículos, 12 al 14, tan sombríos, terminamos con un rayo de luz. La metida de pata que dio el primer Adán prefiguraba a un segundo Adán que iba a sacar la pata del cubo. En otras palabras, iba a resolver lo que aquel, o el problema que aquel había dejado. Y eso nos lleva entonces al segundo punto. Si Adán es un tipo de Cristo, si Adán es una figura o una representación de Cristo, que es el segundo Adán, entonces tiene que haber un patrón de comparación. Deben ser comparables.
Y cuando usted compara, ¿qué usted va a encontrar? Si yo comparo dos personas, ¿qué voy a encontrar? Voy a encontrar diferencias, pero también voy a encontrar similitudes. Pablo comienza en los versos 15 al 17 con las diferencias. Leo: "Pero, a pesar de que Adán era un tipo de Cristo, a pesar de que son comparables, hay una diferencia grande. Pero, no sucede con la dádiva como con la transgresión. ¿Te das cuenta? No sucede con este como con este. Es decir, que hay una diferencia. ¿Y por qué? Porque si por la transgresión de uno murieron los muchos, mucho más la gracia de Dios y el don de la gracia de un hombre, Jesucristo, abundaron para los muchos.
Tampoco sucede con el don como con lo que vino por medio de aquel que pecó, porque ciertamente el juicio surgió a causa de una transgresión, resultando en condenación, pero la dádiva surgió a causa de muchas transgresiones, resultando en justificación. Porque si por la transgresión de uno, por este reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por medio de uno, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y el don de justicia." Así que sí, Adán es un tipo de Cristo, pero hay diferencias.
¿Cuáles son las tres diferencias? Número uno, hay una diferencia en lo que ellos hicieron. ¿Cómo se le llama a lo que hizo Adán? Se le llama transgresión en el verso 15. ¿Cómo se le llama a lo que hizo Cristo? Dádiva. Vamos a verlo, verso 15 de nuevo. "Pero no sucede con la dádiva como con la transgresión." ¿Cómo se le llama a lo que hizo Adán? Transgresión. ¿Y qué es transgresión? Verso 17: "Porque si por la transgresión de uno, por este reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por medio de uno, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia, del don y la justicia."
Verso 18: "Así pues, tal como por una transgresión resultó la condenación." Verso 19: "Así como por la desobediencia de un hombre." Noten que la transgresión de Adán se define en términos de pecado y de desobediencia. Mientras que el don de Cristo, ¿cómo se describe? Verso 18: "Así también por un acto de justicia." Verso 19: "Así también por la obediencia de uno." ¿Te das cuenta? ¿En qué se diferencian Adán y Cristo? Número uno, lo que hicieron. ¿Qué fue lo que hizo Adán? Transgresión. ¿Qué es transgresión? Pecado e injusticia y desobediencia. ¿Qué hizo Cristo? Lo que hizo Cristo se le llama don, don de justicia.
¿Y en qué consistió? En un acto de justicia, en un acto de obediencia. Así que lo primero que vemos es una diferencia en lo que hicieron. En segundo lugar, Pablo resalta una diferencia en el resultado de lo que ambos hicieron. Versos 16 y 17. "Tampoco sucede con el don como con lo que vino por medio de aquel que pecó. Porque ciertamente el juicio surgió a causa de una transgresión resultando en condenación." La transgresión de Adán, ¿qué trajo como resultado? Condenación. ¿Qué es condenar? Verso 19, en su última parte. Verso 19, la primera parte: "Porque así como por la desobediencia de un hombre, los muchos fueron constituidos pecadores."
Por la transgresión de Adán, vino la condenación. Significa que por medio de ese pecado, ahora él y todos sus descendientes comenzaron a ser tratados como pecadores culpables. Eso es lo que significa. Pastor, lo que usted está diciendo es que todo ser humano hereda de Adán la culpa de lo que él hizo. Y por eso Dios lo trata como pecador por naturaleza. Sí, eso estoy diciendo. No yo, sino Pablo.
Pero hay algo más. Por la transgresión de Adán no solamente vino condenación. Ok. Que Dios trate a todo el mundo como culpable. Sino que vino algo más serio. Verso 17: "Porque si por la transgresión de uno, por ese reinó la muerte." La transgresión de Adán no solamente trajo condenación o culpa. O que Dios trate como pecadores a sus descendientes. Trajo también la muerte. Pero llama la atención que no es sólo la muerte. Es el reinado de la muerte. Y todo eso vino como resultado de lo que hizo Adán.
Pero ¿y cuál fue el resultado de lo que hizo Cristo? ¿Qué fue lo que él hizo? Don de justicia. Obediencia. ¿Y qué vino por medio de él? Literalmente vino la justificación. Como dice el verso 16: "Porque ciertamente el juicio surgió a causa de una transgresión, resultando en condenación. Pero la dádiva surgió a causa de muchas transgresiones, resultando en justificación." ¿Y qué justificación? Verso 19, en la última parte: "Así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos."
¿Qué es condenación? Dios trata como pecadores culpables. ¿Qué es justificación? Dios trata como justos o inocentes. Y aquí está el contraste entre el resultado de lo que hizo Adán y lo que hizo Cristo. Por lo que hizo Adán, por su transgresión, vino la condenación. Es decir, Dios comienza a tratar a Adán y a sus descendientes como culpables pecadores. Pero por lo que hizo Cristo, por su acto de obediencia, por su acto de justicia, ahora Dios a todo lo que está en él, los comienza a tratar como justos o como inocentes.
Y no solamente eso. Si Adán no solamente trajo pecado, sino condenación, sino también muerte. Lo que Cristo hizo con su justicia fue traer justificación y vida. Revierte todo el proceso. De modo que, miren aquí. Yo estoy consciente. Yo venía orando al Señor desde el lunes. Señor, ayúdame. Los generales lo saben. Le dije ore por mí. Hay mucha teología aquí. Pero no deja de ser práctica. Adán y Cristo son paralelos. Adán era figura de Cristo. Eso significa que se les puede comparar. Y donde se compara hay diferencias.
¿Cuál es la primera diferencia? En lo que hicieron. ¿Cómo se llama lo que hizo Adán? Transgresión. ¿Cómo se llama lo que hizo Cristo? Un don de justicia y obediencia. Lo que hizo Adán, ¿qué trajo? Condenación y muerte. Lo que hizo Cristo, ¿qué trajo? Justificación y vida. Pero déjame decirle algo. Esto nos enseña. Una vez más. Que nuestras acciones siempre tendrán consecuencias. No solamente sobre nosotros, sino también sobre aquellos que nos rodean. Para bien o para mal.
¿Y tú sabes por qué eso le parece extraño a mucha gente? Porque vivimos en occidente, caracterizado por un individualismo que no es sano. Pero tú te vas a oriente y ellos te entienden perfectamente. ¿Sabes por qué? Porque hay un principio en oriente que se le llama el principio de la solidaridad. Significa esto: somos familia. Y eso yo lo enseño en el salón de clase. El primer día que llego. Somos familia. Lo que hace uno aquí nos afecta a todos. Sea para bien o sea para mal.
Si no pregúntele a la familia que fue destruida por el adulterio de uno de los cónyuges. La acción de ese cónyuge no solamente trajo consecuencias sobre él, sino también sobre todos los que están a su alrededor. Porque así es el pecado. Pregúntele a la familia que ha tenido que comerse un cable porque el papá se metió en un mal negocio. Y ahora, ¿quién está pagando las consecuencias? Por un mal negocio del padre. La familia. Eso es injusto. Yo no sé si es injusto, pero tú sabes que es real. Por esa razón, cuida bien lo que tú haces. Porque un acto de justicia, como el de Cristo, traerá bendición sobre ti y lo que están debajo de ti.
Pero un acto de injusticia o desobediencia, como el de Adán, tendrá efectos en ti y lo que están debajo de ti. Como alguien me dijo: "Yo no creo en Dios. Destruyó mi familia." Y yo no, papá. La destruiste tú. Cuando decidiste hacer lo contrario a lo que Dios te había dicho. Entonces tú le pegas los cuernos a la esposa. La familia se destruye. Y Dios es el culpable. No. Tus pecados tuvieron consecuencias sobre ti y sobre los que te rodean. Es triste, mis hermanos. Es triste. Es doloroso. Pero es la verdad.
Y esto de Adán y Cristo, se dan cuenta, es muy teológico, pero no deja de ser real. Ahora bien, hay algo más que quiero resaltar. Y es que no es solamente una diferencia entre lo que hicieron y la consecuencia. Hay una diferencia también en el poder de lo que hizo Jesús y sus resultados, comparado con lo que hizo Adán y sus resultados. ¿Cómo así? Cristo o Adán es un patrón de Cristo, pero Cristo es más poderoso que Adán. ¿Cómo eso? La frase "mucho más". ¿Tú sabes lo que significa? Mucho más.
Significa que debido al poder de Cristo fue más lo que nosotros ganamos en él que lo que nosotros perdimos con Adán. ¿Cómo así? Esa me gustó. Repítela. Si perdimos mucho en Adán, pero lo que nosotros ganamos en Cristo es mucho más que lo que perdimos en Adán. El clásico ejemplo: estoy en deuda. Debo un millón de dólares. Y viene el hermano Marcial y dice: "No se apure, un millón de dólares. Abona mi cuenta." ¿En qué yo quedo? En cero. Cristo no deja en cero. Es mucho más.
Porque ahora viene el Sensei, obviamente en sentido figurado, y dice: "Y ahora le voy a abonar un millón de dólares más." Ahora quedo en positivo. Lo que Jesús hizo o lo que él logró es que pagó la deuda por mi pecado. Es que me abonó toda una justicia. Él no solamente canceló la condenación que me dejó Adán. Él me dio justificación. Y oye esto: Cristo no solamente anuló el reinado de la muerte sobre nosotros. Ahora, por su muerte, invirtió los papeles y me ha puesto a mí y a ti a reinar sobre la muerte.
El verso 17: "Porque si por la transgresión de uno, por este reinó la muerte, mucho más..." ¿Te das cuenta? Es más lo que ganamos en Cristo. Con lo que hizo, no fue solamente cancelar. Cristo también me dio. Porque, como ha dicho Hendrickson, la gracia hace mucho más que compensar el pecado. La gracia no solamente anula el efecto del pecado y de la muerte. La gracia también me otorga una justicia que no tenía. Me otorga toda una vida que yo no tenía. Invierte los papeles.
Por lo tanto, amado hermano, alégrate. Regocíjate en la gran salvación que tú tienes en Cristo. Porque es más lo que tú ganaste en Cristo que lo que perdiste en Adán. La redención final no es llevarnos a Edén. Esa no es la redención final. Lo que vamos a ver cuando Cristo regrese no es simplemente que nos van a llevar al punto cero en el que Adán fue creado. Es que Cristo nos va a dar lo que Adán nunca pudo. Resucitar. Es que ahora yo puedo decirle a la muerte: "¿Dónde está tu aguijón?" La victoria es de Cristo. La última palabra no la tiene ni el pecado ni la muerte. La tiene Cristo.
Y es mucho más lo que él ganó que lo que Adán perdió. Y esto es interesante. No, no, si no puedo olvidar a Alemana aquí. Y Alemana, el hermano, era ver la Belanche, cómo eran consumido por el cáncer. Es doloroso. Y unos centris, pero con esperanza. Porque lo que hizo Cristo fue revertir el asunto. Y un día veremos a Argelia, veremos a Belanche, veremos a Quisis, no solamente resucitado, conquistando y reinando sobre la muerte. Porque eso fue lo que Cristo hizo.
De modo que es más lo que ganamos en él que lo que perdimos en Adán. Pero en tercer lugar, a pesar de las diferencias, hay una similitud. ¿Cuál es la similitud? Versos 18 y 19. ¿En qué se parecen Adán y Cristo? Ya sabemos en qué no se parecen. En lo que hicieron, en los resultados que hicieron y en el poder. Ahora, ¿en qué se parecen? Uno slash muchos. Se parecen en que Adán y Cristo actuaron en representación de un grupo más grande, de un grupo más amplio.
Lo que Adán hizo no solamente tuvo repercusiones sobre él, sino también sobre otros. Por un acto de desobediencia de Adán, los muchos fueron constituidos pecadores. Por un acto de obediencia de uno, Jesús, la justicia fue dada a todos sus descendientes espirituales o a todo lo que son de la fe. De modo que si hay algo en lo que Adán y Cristo se parecen, es que ambos estaban actuando en representación de un grupo más grande. Ambos eran cabezas federales. Lo que ellos hacían o hicieron o dejaron de hacer tuvo repercusiones no solo en ellos, sino también en aquellos que ellos estaban representando.
Y hay aquí dos asuntos teológicos, teológicos prácticos, que hay que resaltar. En primer lugar, a eso es a lo que se le llama el pecado original. ¿Están oídos esa frase? Pecado original no se utiliza para hablar del primer pecado de Adán. Ah, el pecado original fue que Adán comió de la fruta. No, no, no. Ese fue el primer pecado. Pero la frase pecado original se utiliza para referirse a los efectos del primer pecado de Adán en él y nosotros. Porque Adán actuó como nuestro representante o cabeza federal. Lo que él hizo nos afectó a todos.
Como dice el dicho de solidaridad oriental, somos familia. Lo que hace uno nos afecta a todos para bien o para mal. Y eso fue lo que pasó con Adán. Pero yo sé lo que tú vas a decir. Hace rato que tú estás esperando decir, pero eso no suena ni lógico ni justo. ¿Eso es injusto? Ay, ¿por qué es injusto? Mira, para empezar, ¿por qué yo soy culpable por lo que hizo Adán? Y yo le preguntaría, ¿qué es lo justo? No, que me hubiesen dejado a mí actuar, que me hubiesen dado el chance. O por lo menos, debieron dejarme a mí elegir a mi sustituto o representante, como hicieron los muchachos en el curso, que todos miraron a la misma persona.
Pues déjame decirte algo. Déjame decirte, estoy entendiendo. Es injusto. Porque tú entiendes que debieron darte el chance a ti. O sea, que tú estás diciendo que en Edén tú lo hubieses hecho mejor que Adán. Es decir, mira esto. Adán era el mejor alumno de la clase. Adán era el mejor ser humano posible y en el mejor ambiente posible. Un paraíso. Y falló. Ahora yo te pregunto, y si hubieses sido tú, en serio, ¿tú lo vas a hacer mejor? Ese mismo curso, octavo. Porque a mí me encanta. La fuente de ilustración que ustedes oyen es el colegio. El colegio ha sido una bendición.
En ese mismo curso entro yo un día y hago la pregunta. Porque si Adán, que era el as de la clase, el mejor ser humano posible, en un paraíso falló, ¿qué hubiésemos hecho nosotros? Y dice un estudiante y levanta la mano, de esos tigres. Y dice: "Si hubiese sido yo, le meto droga y fruto y lo vendo en el mercado negro." Y uno se ríe, pero es verdad. Lo que él está diciendo, si eso fue Adán, ¿qué me hace a mí pensar que yo lo hubiese hecho mejor? Él me representó siendo el mejor estudiante de la clase, del salón llamado Huerto del Edén. ¿Qué me hace a mí pensar que yo lo hubiese hecho mejor?
Y de hecho, también te pregunto, ¿quién hubiese escogido un mejor sustituto para Adán y Eva, para nosotros, que Dios mismo? Imagínense ustedes que en el salón de clases, yo les digo, le voy a dar el examen a una persona. Y lo que saque esa persona, se lo voy a poner a todo el mundo. Profesor, ¿podemos elegir un sustituto? No, no lo voy a dejar. ¿Por qué? Porque si ustedes eligen el sustituto, se van a quemar todos. Yo voy a elegir el sustituto. El examen es de Biblia y por ahí entra John MacArthur. John MacArthur va a coger el examen por todos ustedes. Pregunto, ¿quién estaba en mayor posición de elegir un mejor sustituto? Yo, el profesor. ¿Quién estaba en posición de elegir un mejor sustituto para nosotros? ¡Dios! Eligió al mejor ser humano posible, en el mejor ambiente posible, y falló, lo que indica que si eso fue él, ¿cuánto más nosotros?
Así que no piense bajo ninguna circunstancia que lo hubieses hecho mejor. Sí, pero ¿qué? Eso me ofende. Mira, si te vas a ofender, yo te voy a pedir que pienses esto. Tú creas en esto o no, yo creo que ya a esta altura de juego, tú sabes que tú has pecado mucho, ¿verdad que sí? Tú creas en la culpabilidad por el pecado de Adán en ti o no, estamos claros en una cosa, ya tú has pecado y mucho, y mereces juicio. Y ahora resulta, oigan esto, que por ese modelo que a ti no te gusta, ahora tú te puedes salvar. ¿Por qué? Ya tú has pecado mucho, eres digno de condenación, pero gracias al modelo de un representante, ahora entra Cristo.
Si es injusto que Dios te declare culpable por lo que hizo Adán, también sería injusto que te declare inocente por lo que hizo Jesús. Así que cállate la boca, que no te conviene. Quejarte con el modelo de un sustituto no te conviene, porque si tú fueras el sustituto, o si tú buscaras el sustituto, como quieras te vas a quemar, pero gracias al modelo del sustituto, tenemos un sustituto perfecto, Jesucristo, más poderoso que Adán, que venció el pecado, que venció la muerte, y le ha dado reversa a todo eso, lo ha revertido.
Ahora tú reinarás sobre el pecado y sobre la muerte, gracias al sustituto que Dios hizo. De modo que en lugar de quejarte, tú lo que debes decir es gracias a Dios, porque si no es por ese modelo de un sustituto, nadie se salva. Exactamente, ya entendiste. Nadie se hubiese salvado, porque si no hubiese estado conectado con Adán, como quiera hubieses pecado y hubieses sido culpable. Y Dios te dice hoy, por el modelo de "somos familia", yo mando un segundo Adán, en este caso a Cristo, y por medio de su obra, entonces somos justificados o declarados inocentes.
Pastor, una cosa más. ¿Significa este texto que todos los hombres se van a salvar? Porque dice ahí, específicamente en el verso 18, que así como el pecado de Adán trajo condenación a todos los hombres, así también un acto de justicia de Cristo ha traído justificación a todos los hombres. Así que eso parece ser universalismo, que todos se van a salvar al final. No, porque según el verso 17, todos los que se justifican son los de la fe. Dice el verso 17, lo voy a leer entero: "Porque si por la transgresión de uno, por este reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por medio de uno, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia."
Todos los que son justificados en Cristo son todos los que son de él por medio del nuevo nacimiento o por medio de la fe. Así que hoy, yo no sé si tú eres aguilucho o escogidita, yo no sé si tú eres de Ferrari o de McLaren, yo sí te puedo decir que al final hay dos equipos que realmente importan en el universo: los que están en Adán y los que están en Cristo. Si tú estás en el equipo de Adán, tú estás perdido hace rato. Pero la buena noticia es que por medio de la fe, tú quedas como agente libre de aquel equipo y Cristo te recibe en el de él.
Mi hermano, Cristo es el ganador, cambia de equipo. La gracia, perdón, esta justificación y vida es para aquellos, para todos aquellos que reciben la gracia de Jesucristo por medio de la fe. Pastor, y una preguntita más. Ajá. Pero si Dios lo resuelve todo por medio de un sustituto, entonces, ¿para qué dio la ley? ¿Para qué dio la ley? Versículos 20 y 21. "Y la ley se introdujo para que abundara la transgresión, pero donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia. Para que así como el pecado reinó en la muerte, así también la gracia reine por medio de la justicia para vida eterna mediante Jesucristo nuestro Señor."
¿Por qué si Dios lo resuelve todo en Cristo, por qué mete la ley? ¿Para qué la dio? Pablo deja claro que la ley fue dada para que el pecado abundara. ¿Cómo así? Romanos 3, 19 y 20 dice que la ley fue dada para mostrarnos el pecado. Mientras no hay ley, usted no puede ver la fealdad del pecado, pero la ley fue una lupa, una lupa. Dios introdujo la ley, ¿tú sabes para qué? Déjame enseñarte lo malo que tú eres. Introduce la ley.
¿Ustedes se dan cuenta cómo funciona eso? Cuando viene una ley, ahí es que se produce codicia. ¿Ustedes se dan cuenta de eso? Deja un dulce en la nevera y no diga nada. Nadie le hace caso. Pero desde que usted pone una ley, "no coman del dulce", yo no sé qué. Es como una codicia por adentro. Dios dice: "Yo te voy a mostrar lo que hay en ti." Él da la ley como una lupa para mostrar lo asqueroso y grotesco y malo que es el pecado.
Ajá, entonces Dios hizo eso simplemente para estrujarme el pecado en la cara. No, Él quiere mostrarte la magnitud de tu pecado para luego mostrarte la magnitud de su gracia. Cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia. ¿Cómo así? Eso me preguntaron mis hijos antes de subir. ¿Cómo así, papi? Explícame eso. Y yo les dije, si Samuel me desobedece porque se bebió el jugo que yo dejé en la nevera y dije que no. Y Lía me desobedece y no solo me desobedece, me da una galleta en la cara. Y yo les digo, los perdono. ¿En cuál de los dos casos brilló más el perdón? Y dice Samuel, oh, en el de la galleta.
Y yo, ¿por qué? ¿Es porque es una galleta? Es decir, el mal es peor. Y cuando el mal es peor, ahí brilló más el perdón. De igual manera, cuando abundó el pecado, ahí brilló más la gracia de Dios. Mientras más densa es la oscuridad del pecado, allí brillará la gracia de Dios con mucho más intensidad. Así que sí, Dios trajo la ley para estrujarte el pecado, pero para luego mostrarte lo grande de su gracia. Así que estas cosas no solamente deberían humillarte, sino que también deberían llevarte a la gratitud.
Dale gracias a Dios, porque a pesar de la maldad de nuestro pecado, Dios envió a su Hijo Jesucristo para que por medio de la fe en Él no se pierda, nadie se pierda, sino que tenga vida eterna. Para que tú puedas decir, de haber visto tu pecado y el don de Dios en Cristo: "Sublime gracia del Señor." Es sublime, hay por qué. Yo era ciego, y hoy yo veo. Yo estaba perdido, y hoy yo he sido encontrado. Yo era un idólatra, yo era un fornicario, yo era un mentiroso, yo era un adúltero, yo era un homosexual, yo era un ladrón, yo metí en problemas a muchísima gente por medio de mentiras, y hoy yo estoy en Cristo.
Yo vi la fealdad de mi pecado, pero sobre la fealdad de mi pecado he podido ver la hermosura de la gracia de Dios. Tu pecado puede ser grande, pero la gracia de Dios es más grande todavía. Así que en conclusión, hay dos humanidades: la vieja humanidad en Adán, la nueva humanidad en Cristo. Si no estás en Cristo, estás en Adán. Si estás en Adán, el pecado, la condenación y la muerte te gobiernan. Pero si por medio de la fe pasas al equipo de Cristo, ahora la justificación y la esperanza de reinar sobre la muerte en vida están sobre ti.
Así que, ¿qué te puedo decir? Hoy es el día aceptable. Hoy es el día de salvación. Y gloria a Dios por su modelo de un sustituto y que Él proveyó el sustituto. Gloria a Dios por la dádiva de Dios en Cristo Jesús, por quien hoy tenemos justificación y vida eterna. Amén.
Oremos.
Padre, gracias te damos por estas verdades. A veces nos parecen profundas, muy teológicas, pero es tu palabra. Y explican tantas cosas, oh Señor, que a veces no entendemos, pero son reales. Gracias, oh Padre, por habernos humillado. Pero también gracias te damos por habernos mostrado la sublime gracia tuya en Jesucristo, al proveer a un sustituto para no simplemente cancelar nuestra condenación, para darnos justificación. No solamente para aplastar la muerte, sino también para darnos un reinado en vida.
Oh Padre, ¿qué más podemos decir? Gracias por tu maravillosa gracia que nos has salvado. Y ahora te rogamos, ayúdanos a vivir modelando la fe y esa gracia que tú nos has dado en Cristo Jesús. Salvos, Señor, aquellos que están aquí y que no te conocen. Muéstrales la fealdad de su pecado, pero sobre todo muéstrales la hermosura de tu gracia y de Cristo Jesús. Porque te lo rogamos en sus méritos. Amén.