Dios, en su soberanía, ha establecido todas las autoridades terrenales, incluso aquellas que parecen injustas o corruptas. Reconocer esto no significa aprobar la maldad, sino confiar en que Él tiene un propósito mayor, aunque no siempre lo entendamos. Así como Pablo instruyó a los creyentes en Roma —bajo el gobierno de Nerón— a someterse, nosotros también estamos llamados a honrar y obedecer a quienes están en autoridad, sabiendo que resistir a la autoridad es resistir a Dios mismo. Esta sumisión es un acto de fe y adoración, confiando en que Dios está por encima de todo gobierno humano. [12:05]
Romanos 13:1-2 (RVR1960)
Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.
Reflexión: ¿En qué área de tu vida te cuesta más someterte a la autoridad, y cómo puedes hoy confiar en que Dios está obrando incluso a través de líderes imperfectos?
Dios nos llama a orar por todos los que están en eminencia, no solo por aquellos con quienes simpatizamos. Orar por las autoridades, pedir por su sabiduría, arrepentimiento y salvación, es una forma poderosa de bendecir a nuestra nación y de mantener nuestro corazón libre de amargura y crítica destructiva. La oración transforma tanto a quienes gobiernan como a quienes oran, alineando nuestros deseos con el corazón de Dios, quien quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. [22:18]
1 Timoteo 2:1-4 (RVR1960)
Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.
Reflexión: ¿Puedes tomar un momento hoy para orar específicamente por un líder o autoridad con quien no estés de acuerdo, pidiendo a Dios que lo bendiga y lo acerque a Él?
El amor al prójimo es el cumplimiento de toda la ley; no se trata solo de evitar el mal, sino de buscar activamente el bien de los demás. Amar implica fidelidad, respeto, honestidad y generosidad, incluso hacia quienes nos resultan difíciles de amar. Así como Cristo nos amó cuando éramos sus enemigos, nosotros estamos llamados a amar sin reservas, mostrando con hechos concretos la transformación que el evangelio ha producido en nuestro corazón. [33:36]
Romanos 13:8-10 (RVR1960)
No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.
Reflexión: ¿Quién es esa persona en tu vida que te resulta difícil amar, y qué acción concreta puedes tomar hoy para demostrarle el amor de Cristo?
La vida cristiana no es solo evitar el pecado, sino activamente despojarse de las tinieblas y vestirse de Cristo cada día. Esto significa dejar atrás la rebeldía, el egoísmo y los deseos de la carne, y permitir que el carácter de Jesús se forme en nosotros. Solo revestidos de Cristo podemos vivir en santidad, amar genuinamente y someternos con gozo a la voluntad de Dios, pues no es por nuestras fuerzas, sino por el poder del evangelio obrando en nuestro interior. [44:19]
Romanos 13:12-14 (RVR1960)
La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidias, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.
Reflexión: ¿Qué hábito o actitud necesitas dejar hoy para vestirte más plenamente de Cristo y reflejar su luz en tu entorno?
Cada día estamos más cerca del regreso de nuestro Señor, y esto debe motivarnos a vivir despiertos, alertas y comprometidos con una vida que honra a Dios. No se trata de vivir por miedo, sino con la esperanza y la certeza de que nuestra ciudadanía está en el cielo. Aprovecha cada día para evidenciar los frutos de la transformación que Dios ha hecho en ti, sabiendo que tu verdadera esperanza está en el Rey que pronto vendrá a reinar con justicia y verdad. [39:45]
Filipenses 3:20-21 (RVR1960)
Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
Reflexión: ¿De qué manera puedes vivir hoy con la urgencia y esperanza de que Cristo puede regresar en cualquier momento, y cómo se reflejaría eso en tus decisiones y prioridades?
Hoy reflexionamos sobre cómo una vida transformada por el evangelio se manifiesta en la manera en que nos relacionamos con la autoridad y con nuestro prójimo. Partimos del recordatorio de que, aunque vivimos en un mundo marcado por la corrupción, la injusticia y la rebeldía, el llamado de Dios para sus hijos es radicalmente distinto. No se trata de un moralismo vacío, donde nos esforzamos por portarnos bien para ganar la aceptación de Dios, sino de una transformación profunda que nace de haber sido aceptados y justificados en Cristo. Esa transformación nos lleva a rendir nuestra rebeldía y a someternos, con gozo, a la autoridad de Dios, incluso cuando se expresa a través de autoridades humanas imperfectas.
Pablo, escribiendo a los cristianos en Roma —una sociedad mucho más corrupta y opresiva que la nuestra—, les exhorta a someterse a las autoridades, no porque sean justas, sino porque toda autoridad ha sido puesta por Dios. Este sometimiento no es ciego ni absoluto: cuando la autoridad humana exige algo contrario a la ley de Dios, la obediencia a Dios prevalece. Sin embargo, en la mayoría de los casos, nuestra actitud debe ser de respeto, oración y mansedumbre, aun cuando no estemos de acuerdo o cuando la injusticia sea evidente.
Además, se nos recuerda que la sumisión a la autoridad no es solo por temor al castigo, sino por causa de la conciencia: porque es lo correcto, porque agrada a Dios y porque es una expresión de adoración. Ser ciudadanos del reino de Dios implica ser los mejores ciudadanos de nuestra nación, reflejando el carácter de Cristo en nuestra vida pública y privada.
Pero el llamado va más allá de la relación con el poder. Pablo une este tema con la ley suprema del amor al prójimo. Amar al prójimo no es un cliché, sino el cumplimiento de toda la ley. Se expresa en acciones concretas: fidelidad, respeto, honestidad, generosidad y celebración del bien ajeno. Cristo es nuestro modelo supremo, quien nos amó cuando éramos sus enemigos y nos capacita, por su Espíritu, para amar incluso a quienes son difíciles de amar.
Finalmente, se nos exhorta a despertar del letargo espiritual, a vivir a la luz de la inminencia del regreso de Cristo. Cada día es una oportunidad menos para honrarle y una oportunidad más cerca de verle cara a cara. Por eso, despojémonos de las tinieblas y vistámonos de Cristo, permitiendo que el evangelio transforme cada aspecto de nuestra vida, hasta que Él venga.
Por estos corazones vino Cristo, o sea, por nosotros los rebeldes. Su obra no pagó solo por nuestro pecado y nos imputó la justicia para ser salvos, su obra vino a producir en nosotros la ley. En el creyente, un nuevo corazón, una nueva mente, nuevos deseos, una nueva forma de ver el mundo, y cuando él transforma nuestro corazón, que ahora está guiado, que ahora está impulsado por el Espíritu de Dios, nos volvemos capaces de dejar la rebeldía y de ponerla a un lado. [00:09:37] (36 seconds) #CorazónTransformado
Una vida transformada por el evangelio, aviva nuestra conciencia, amplifica nuestra conciencia. Y entonces ahora yo lo hago, porque es lo correcto hacerlo. Y ahora yo lo hago, porque sé que esto agrada a Dios, lo hago porque la rectitud es la señal de los hijos de Dios. [00:30:58] (22 seconds) #NuevosDeseos
El amor al prójimo no solo es una frasecita de iglesia o un cliché religioso. Es un rasgo de un verdadero cristiano. Y mientras tengamos vida nos acompaña esa deuda, la deuda de amarnos unos a otros. [00:36:22] (18 seconds) #CambioDeVida
Queremos aprender a someternos. Queremos aprender a amar. Queremos aprender a vivir en santidad, desechando la lujuria, desechando todo eso. Vistámonos de Cristo. Porque no podemos hacer nada, nada de eso por nuestras propias fuerzas. La única forma que podemos hacerlo es revestidos de Cristo. [00:44:14] (23 seconds)
Vivamos como ciudadanos del reino. Que el evangelio transforme nuestra relación con el poder. Que el evangelio transforme nuestra relación con el prójimo. Que el evangelio transforme la forma en que vemos el pecado, para vivir lo que Pablo predicó. [00:46:33] (18 seconds)
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