Hoy celebramos 17 años de ver la obra de Dios en nuestras vidas, un privilegio que nos ha permitido ser testigos de Su poder transformador. A lo largo de estos años, hemos visto cómo Dios cambia vidas, transforma mentes, trae perdón y restauración, y da nuevos corazones a quienes le buscan. En este aniversario, continuamos con nuestra serie que nos invita a reflexionar sobre el verdadero significado de los versículos bíblicos que a menudo citamos sin comprender su contexto completo.
Hoy nos enfocamos en Jeremías 29:11, un versículo que muchos conocen y aman, pero que a menudo se malinterpreta. Este versículo, que habla de los planes de Dios para nosotros, fue originalmente dirigido a los israelitas en cautiverio en Babilonia. Dios les decía que, aunque estaban en un lugar de sufrimiento, Él tenía planes de paz y esperanza para ellos, pero esos planes no significaban una liberación inmediata. En lugar de eso, Dios les instaba a hacer vida en Babilonia, a prosperar y a orar por la paz de la ciudad donde estaban exiliados.
Este mensaje es relevante para nosotros hoy. Nos recuerda que, aunque enfrentemos situaciones difíciles, Dios tiene un propósito y un plan. Nos llama a vivir en misión donde estamos, a ser luz y sal en nuestro entorno, y a orar por la paz y el bienestar de nuestra comunidad. Además, nos enseña que el ministerio profético es complicado y que debemos discernir cuidadosamente las palabras que decimos en nombre de Dios.
En este aniversario, reafirmamos nuestro compromiso de ser transformados por Jesús y de ser instrumentos de transformación para los demás. Nos desafiamos a orar e invertir en al menos una persona, compartiendo el amor y la esperanza de Cristo. Recordamos que nuestra esperanza no está en un lugar o circunstancia, sino en una persona: Jesús. Y mientras esperamos el día en que seremos llevados a nuestro verdadero hogar celestial, vivimos en misión aquí en la tierra, confiando en los planes de bien que Dios tiene para nosotros.
Key Takeaways
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2. Vivir en Misión: Dios nos llama a hacer vida y prosperar donde estamos, orando por la paz de nuestra comunidad. No debemos adoptar una mentalidad escapista, sino ser luz y sal en nuestro entorno, viviendo en misión mientras esperamos el regreso de Cristo.
3. El Ministerio Profético es Complicado: No todo el que dice "Dios dice" realmente habla de parte de Dios. Debemos discernir cuidadosamente y asegurarnos de que nuestras palabras reflejen verdaderamente la voluntad de Dios, evitando crear expectativas irreales.
4. Conocer el Carácter de Dios: Este texto nos enseña que Dios es soberano, tiene pensamientos de paz para nosotros, y sus planes son claros y perfectos. Podemos confiar en que Dios tiene un tiempo perfecto para cada cosa en nuestras vidas.
5. Esperanza en Cristo: Nuestra esperanza no está en un lugar o circunstancia, sino en Jesús. Mientras esperamos ser llevados a nuestro hogar celestial, vivimos en misión, compartiendo el amor y la esperanza de Cristo con los demás.
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