Transformación Espiritual: Reflejando a Jesús en Nuestra Vida

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claridad en el camino, conociendo el propósito de Dios. Y creo que Dios tiene un propósito para todos nosotros. Es un propósito que no está enfocado en que tengamos más, sino es un propósito que está enfocado en que nos convirtamos en alguien más. Jesús siempre invitó a que los siguieran. Jesús hoy nos invita a que los sigamos. Hoy quiero hablar de cómo podemos hacer lo que Jesús hizo. Cómo podemos vivir como Jesús vivió. Los aprendices de Jesús que empezaron a hacer las cosas que Jesús hacía. En Hechos 5 están los discípulos. [00:00:00]

Fue crucificado, murió, resucitó, fue con los discípulos y les dijo, muchachos, ánimo, regresen a Jerusalén y van a hacer las cosas que yo hice. Los discípulos se animaron y fueron a Jerusalén de nuevo en un ambiente hostil, en un ambiente que los estaba buscando, en un ambiente donde había riesgo, riesgo de muerte y ellos deciden regresar a Jerusalén para vivir y hacer las cosas que Jesús había hecho. Y estando en Jerusalén, están en el pórtico de Salomón, se reunían multitudes a escuchar los discípulos. [00:00:46]

Era un elemento del que hablaba en la charla pasada y es hay fuerzas que nos forman, hay fuerzas que te forman a ti, que me forman a mí. Estas fuerzas que nos forman, nosotros no somos intencionales en que esas fuerzas nos formen. Nuestro proceso de transformación y nuestro proceso de ser más como Jesús es muy poco intencional, pero de la mano de Jesús podemos trabajar para que esas fuerzas puedan ser transformadas y si esas fuerzas son transformadas, con el tiempo vamos a empezar a vivir y hacer lo que Jesús y vamos a poder ver milagros en nuestra vida interior y vamos a convertirnos en alguien. [00:02:31]

¿Cuáles son las fuerzas que nos transforman? Eran las historias que creemos, las relaciones que construimos, los hábitos que practicamos. Estos elementos están en un ambiente, en el ambiente donde nosotros estamos físicamente. Son fuerzas que a nosotros nos transforman, pero miren, de la mano de Jesús estas fuerzas pueden ser transformadas. Y al momento en que son transformadas, podemos en un proceso lento, pero seguro, podemos ser transformados y ser más como Jesús. Y debemos reconocer que el problema no está en que tengamos un deseo, en que tengamos una intención de poder vivir como Jesús. [00:03:16]

¿Cómo estas fuerzas que me transforman de la mano de Jesús pueden ser diferentes? Jesús vino para hacernos libres y Jesús no quiere llenarnos ni de rituales ni de religión. Él quiere que tú y yo seamos libres. Esto no quiere decir que como aprendices de Jesús nosotros tengamos unos hábitos, que nosotros podamos desarrollar las prácticas que Jesús hizo. El secreto de cómo está en que seamos muy intencionales en hacer las prácticas que Jesús hizo y que están relacionadas directamente. [00:04:41]

Con las fuerzas que nos forman. Primero vamos a hablar acerca de los hábitos. Porque los hábitos hacen algo en mí. Las cosas que yo hago hacen algo en mí. Y miren, Jesús tenía claros los hábitos que lo llevaron a poder ver milagros en su vida. Que tú y yo tenemos que hacer intencionales en los hábitos que nosotros hacemos. Hay tres hábitos que Jesús practicaba. Y son tres hábitos que nosotros debemos de tener. El primero, el descanso. Es un hábito que todos debemos de tener. Que Jesús tuvo. Y nuestra transformación espiritual, este viaje espiritual debe comenzar con descanso. El cansancio nos desenfoca y nos enferma. Y no nos permite ver el panorama completo. [00:05:22]

de lo que Dios está haciendo. El descanso es esencial para los aprendices de Jesús. Era un hábito que practicaba Jesús y es un hábito que tú y yo tenemos que hacer. El segundo hábito es que debemos practicar la soledad. La soledad es la puerta a la comunión con Dios. Muchas veces no queremos estar solos, queremos estar conectados a las redes sociales, queremos estar con personas, queremos salir porque nos sentimos incómodos cuando estamos solos, pero voy a recordar que Jesús buscaba estar fuera de distracciones y Él quería estar solo para poder tener un tiempo de descanso y de soledad. Un hábito que practicaba Jesús y es un hábito que tenemos que practicar nosotros. Y el tercer hábito, el hábito del ayuno. [00:06:09]

Cuando yo ayuno, literalmente estoy orando con mi cuerpo Estoy ofreciéndole a Dios adoración, una adoración de quien soy yo Y estamos practicando el sufrimiento Aumentamos nuestra capacidad de alegrarnos en todas las circunstancias Y Jesús practicaba el ayuno Estos tres hábitos pueden ayudar a transformar lentamente los hábitos que tú tienes Los hábitos que te están formando Segundo, historias que creemos Y hay tres prácticas que debemos hacer para lograr cambiar las historias que nosotros creemos [00:06:54]

El primero es la oración. El primero es que yo pueda hablar con Dios, que pueda escuchar a Dios y sobre todas las cosas es que yo pueda estar con Dios. Es a través de la oración y de los momentos de oración que yo puedo estar en comunión con Él. El segundo hábito es poder leer la Biblia y la Escritura. Y miren, cuando yo empiezo a leer la Escritura empezamos a ver el mundo como Jesús lo ve. Empezamos a escuchar las historias que Él contaba. Empezamos a pensar [00:07:35]

como Jesús pensaba y empezamos a sentir como Jesús sentía. Cuando nosotros leemos la Biblia estamos abiertos a que de la mano de Jesús y del Espíritu Santo podamos pensar de una manera diferente. Y el tercer y último hábito que podemos tener para cambiar las historias que creemos es que yo me convierta en una historia para otras personas. Es que yo pueda empezar a dar testimonio de lo que Dios está haciendo en mi vida. Vayan y cuenten las buenas noticias a todo el mundo, vayan y testifiquen. [00:08:15]

cuenten de su historia. Hoy, ¿cuáles son las historias que creemos? Y debemos empezar a creer la historia de que Dios está haciendo algo increíble en mi vida y que debo contarlo. ¿Cómo puedo contarlo? Puedo contarlo a partir de la hospitalidad, en medio de una cultura que a veces es muy hostil y que nosotros podamos convertirnos en personas que brindan amor, aceptación, calidez y generosidad. Debemos buscar que nuestros hogares, que nuestras mesas, que nuestras vidas puedan contar una historia de la bondad de Dios a las personas que están rotas y que no tienen esperanza. Eso hacía Jesús. Y por último, las relaciones. [00:08:57]

que construimos. Lo que nosotros vemos en la vida de Jesús, la vida de los discípulos, es que había un sentido de comunidad y había un sentido de estar en medio de aprendices de Jesús. Y debemos reconocer que no fuimos creados para seguir a Jesús solos. Debemos de tener compañeros en este proceso, en esta travesía de formación. No puedes estar solo. Es que cuando estoy en comunidad es que yo aprendo a amar, es que yo aprendo a dar, es que yo aprendo a perdonar. Cuando estoy en comunidad, que tú no estés solo, sino que tú puedas estar en comunidad. La segunda práctica que hacía Jesús a la hora de construir relaciones era [00:09:42]

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