Reorganización Espiritual: Replantear y Celebrar a Dios

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Porque de la misma manera Que hubo Israelitas Que se sacrificaron Voluntariamente Para avanzar La obra de Dios En el lugar donde estaban Igual el Señor Jesús Nos llama A que nosotros Como cristianos Sacrifiquemos Voluntariamente Para avanzar La obra de Dios En el lugar donde estamos En tu trabajo Da el sacrificio Que el Señor Te está pidiendo En tus estudios Da el sacrificio Que el Señor Te está pidiendo Para avanzar No un sacrificio Per se No porque al cristiano O a los cristianos Nos guste sufrir Ni mucho menos Sino que vemos Que hay un propósito Detrás del sacrificio Vemos que hay un propósito Detrás De la prueba Y de la dificultad Y el propósito es Avanzar al reino de Dios Así que Piénsalo Quizás el Señor Te está llevando En una dirección En la cual Te está resistiendo Un poco Pero todavía El Señor Te quiere llevar ahí Pues si el Señor Te quiere llevar ahí [01:02:58]

No te quedes De brazos cruzados No te quedes diciendo Pues me voy Voy a ser cabezón Y me voy a quedar En el sitio En el sitio Donde estoy No porque el Señor Te va a llevar allí Sea que tú Te sacrifique voluntariamente O sea Que echen suerte Y te toque Metafóricamente hablando El Señor Quiere llevarte A un lugar Diferente El Señor Quiere llevarnos A una madurez Diferente A dar unos pasos En los cuales En el lugar Donde estamos Podamos avanzar El reino de Dios [01:04:59]

Que Dios cumple sus promesas. Por eso el punto, este primer punto, este primer principio de avanzar en la dirección correcta, de avanzar en la restauración espiritual, tiene que ver con replantearnos nuestra práctica. Vosotros imaginaos que llegase el momento en el cual Dios hace lo que hace. Ya hemos visto estas últimas cuatro semanas el avivamiento que Dios generó, cómo cambiaron un montón de cosas y después cada uno se queda en su sitio. ¿Os imagináis esa situación? Entonces, hay algo que está cojo, hay algo que falta. El pueblo de Israel no solamente tenía que adorar a Dios, no solamente tenía que fundamentarse en la palabra, que confesar sus pecados, que obedecer al Señor, sino que en la práctica tenía que haber elementos que tenían que ser diferentes. Replantearnos nuestra práctica. [01:09:18]

Así que, es importante que pensemos cómo nuestra práctica se alinea o no con los detalles de la palabra de Dios. Dejadme que avance, porque esto también tiene mucha tela que cortar. En el capítulo 12, veis que habla de los sacerdotes y los levitas, ¿verdad? Capítulo 12, versículo 1, dice, Estos son los sacerdotes y levitas que subieron con Zorobabel, hijo de Salatiel y con Jesúa. ¿Vale? Entonces, en el capítulo 12, del versículo 1 al versículo 26, hay una lista enorme, o bastante grande por lo menos, de levitas y sacerdotes que vinieron con Zorobabel 90 años antes, pero también cuenta un poco cómo esos levitas y esos sacerdotes habían tenido hijos y habían tenido más hijos y cómo había llegado esa descendencia hasta los días de Nehemias. ¿Vale? Entonces, cuenta bastantes cosas. Hay varias listas ahí. [01:11:58]

El versículo 26 dice, Estos fueron en los días de Joiazim, hijo de Jesúa, hijo de Josadá, y en los días del gobernador Nehemias y del sacerdote Edras, escriba. Entonces, claro, nosotros leemos una lista así de grande y decimos, bueno, ¿qué relevancia tiene? ¿Qué es lo que está escondido ahí que nosotros como personas occidentales, españoles del siglo XXI, no terminamos de comprender de la mentalidad hebrea? Pues en este sentido, lo que ocurre es que Dios había establecido un principio. En este sentido, los levitas, los que servían en el templo, solamente podían ser de la tribu de Leví. [01:13:20]

Y los sacerdotes solamente podían ser hijos de Aarón. O sea, dentro de los levitas ya había como un filtro más. Solamente los hijos de Aarón y la descendencia de Aarón podían ser sacerdotes y específicamente sumos sacerdotes. Así que, claro, era imprescindible saber la ascendencia, los padres y los abuelos, de aquellos que iban a servir en el templo o que iban a hacer los sacrificios. De hecho, lo vimos en Nehemiah 7. Yo no sé si os acordáis, pero dejadme que vuelva a ese versículo. Acompáñadme ahí, por favor. Nehemiah 7, del versículo 63 al versículo 65. Nehemiah 7, del versículo 63 al versículo 65. [01:14:48]

Así que este pasaje toma una relevancia bastante importante. Dios quería restablecer el liderazgo espiritual en Israel. Pero claro, Dios no se salta a su propia palabra. Dios quería restablecer el liderazgo espiritual en Jerusalén. Pero tenían que cumplir ciertos requisitos. ¿Cuál era uno de los requisitos más importantes? Que fuesen hijos de Leví. O en el caso de los sacerdotes, que fuesen hijos de Aarón. Es decir, para decidir a los líderes del pueblo, los líderes tenían que pasar ciertos requisitos. [01:16:13]

Y sacrificaron aquel día numerosas víctimas y se regocijaron porque Dios los había recreado con grande contentamiento. Se alegraron también las mujeres y los niños y el alborozo de Jerusalén fue oído desde lejos. Hermano, este es un momento climático. Hay mucha genealogía ahí, quizás te pierdes un poco en el mensaje, porque es importante para el judío determinar que los cantores vienen de donde vienen, tienen su ascendencia concreta. Pero aún con esas añadiduras, el pasaje se entiende claro. Dios ha cumplido sus promesas, Dios ha permitido que el muro se construya y ahora hay que celebrarlo y hay que alegrarse. Y Nehemiah lo que hace es, le dice a los cantores y a los levitas y a todo el mundo, dice, venida a Jerusalén y vamos a armar un, como decimos mal, vamos a armar un pollo que no vea. [01:25:10]

El gozo del Señor es algo que nosotros necesitamos desarrollar de manera continua en nuestra vida. De manera continua, que se note, que se note que los cristianos vivimos con gozo. ¿Por qué un cristiano tiene que vivir con la cara larga siempre? ¿Por qué? No tiene por qué. No debería ser así. Evidentemente, hay pruebas y hay dificultades y hay situaciones difíciles. Es decir, la tristeza no está mal. No vamos a llegar al punto de decir que la tristeza es pecado, ni mucho menos. Si no, vamos a los salmistas, ¿no? Los primeros que se entristecieron y se pusieron delante del Señor. [01:30:09]

El gozo no es lo mismo que la felicidad. El gozo no es lo mismo que la alegría. Porque la alegría y la felicidad es simplemente el resultado de acontecimientos que a mí me agradan y que a mí me gustan. Entonces, por lo tanto, ¿estoy contento o estoy alegre? Evidentemente, el gozo del Señor trae alegría. Pero el gozo del Señor es más profundo que eso. El gozo del Señor es que, aun en medio de la prueba, escúchame bien, hermano. Aun en medio de la prueba, aun en medio de la dificultad, aun en medio de la muerte, sabemos que Dios tiene todas las cosas bajo control. [01:31:57]

Aun en medio de todas esas cosas malas que ocurren en nuestra vida, sabemos que Dios está obrando. Sabemos que Dios tiene un plan. Sabemos que Dios es fiel. Y podemos celebrar, fíjate, podemos celebrar su fidelidad. Podemos celebrar su amor. Podemos celebrar su justicia, su verdad, su cuidado, su ternura, su fuerza, su protección, su provisión, su misericordia, su guía, su dirección, su disciplina, su vida eterna. ¿Es que los cristianos no tenemos nada que celebrar? ¡Buah! Tenemos mucho más que celebrar que cualquiera que esté por la calle. Mucho más que celebrar. [01:33:58]

Por eso a mí me encanta cuando estamos los domingos aquí. Bueno, los domingos o los martes o en cualquier reunión con los hermanos. Y podemos alegrarnos en el Señor de verdad. Pero que eso no sea solamente una cuestión de domingo, sino que sea una realidad en la vida práctica. Hermano, el gozo del Señor es nuestra fuerza. Y yo sé de buena mano que hay hermanos en esta iglesia que están pasando circunstancias muy difíciles. Y esto va para vosotros. El gozo del Señor es vuestra fuerza. Apropiate de eso. Tómalo como algo propio tuyo. Cristo no te ha dejado ni te dejará. [01:35:54]

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