En este inicio de año, deseo que todos sean prosperados en todas las cosas, que tengan salud, pero sobre todo, que prospere su alma. Al comenzar un nuevo año, muchos de nosotros tenemos sueños, anhelos y determinación para cambiar nuestra manera de vivir. Sin embargo, a menudo nos encontramos luchando para mantener esos propósitos. La pregunta que surge es: ¿por qué tiramos la toalla? ¿Qué nos impide seguir adelante con nuestras resoluciones espirituales?
Jesús, en el Sermón del Monte, nos recuerda que no podemos servir a dos señores. No podemos servir a Dios y a las riquezas, o a la avaricia. Este conflicto en nuestros corazones nos lleva a perder el rumbo. Nos afanamos por nuestro sustento, nuestro bienestar físico y nuestra imagen, olvidando que Dios es quien provee y cuida de nosotros. Jesús nos llama a buscar primero el reino de Dios y su justicia, asegurándonos que todas las demás cosas nos serán añadidas.
El problema radica en que muchas veces nuestro corazón está más alineado con los deseos del mundo que con los de Dios. Nos preocupamos desmedidamente por lo que vamos a comer, beber o vestir, olvidando que nuestro Padre celestial sabe de qué tenemos necesidad. La clave está en buscar primeramente el reino de Dios, permitiendo que Él gobierne nuestros pensamientos, palabras y acciones.
Al rendirnos completamente a Dios, permitimos que su Espíritu Santo nos guíe y nos impulse hacia la piedad. Debemos recordar que Cristo murió por algo más importante que cualquier cosa terrenal que podamos desear. Al mirar la cruz, recordamos que Jesús dejó su trono para darnos algo que excede las ofertas de este mundo. Que nuestra resolución este año sea ser buenos discípulos, tan cerca del Señor que su presencia se impregne en nosotros, impulsándonos a ser pescadores de hombres.
Key Takeaways
- 1. La lucha entre dos señores: No podemos servir a Dios y a las riquezas al mismo tiempo. Debemos decidir a quién serviremos, ya que uno de ellos siempre será menospreciado. La verdadera devoción a Dios requiere que Él sea nuestro único Señor. [04:19]
- 2. El afán por el sustento: Nos preocupamos por nuestro sustento, olvidando que Dios es quien provee. Cuando nuestro deseo de más se convierte en un obstáculo para nuestra relación con Dios, debemos reevaluar nuestras prioridades. [20:30]
- 3. El bienestar físico y la imagen: Aunque es importante cuidar de nuestro cuerpo, no debemos permitir que esto robe nuestro tiempo y devoción a Dios. Nuestra atención debe estar en lo eterno, no en lo temporal. [24:29]
- 4. Buscar primero el reino de Dios: Jesús nos llama a buscar primeramente el reino de Dios y su justicia. Esto significa permitir que Dios gobierne cada aspecto de nuestra vida, asegurándonos que nuestras prioridades estén alineadas con su voluntad. [31:04]
- 5. La cruz como recordatorio: La cruz nos recuerda que Cristo murió por algo más importante que cualquier deseo terrenal. Al enfocarnos en la cruz, recordamos lo que verdaderamente importa y nos alineamos con los deseos de Dios. [40:13]
** [40:13]
Youtube Chapters