Jesús enseña que no vino a abolir la Ley o los Profetas, sino a cumplirlos, mostrando que su vida y enseñanzas son el cumplimiento perfecto de las Escrituras y el propósito de Dios para la humanidad. [00:10]
Mateo 5:17-18 (RVR1960)
“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.”
Reflexión: ¿En qué área de tu vida necesitas recordar que Jesús ya ha cumplido lo que tú no puedes cumplir por tus propias fuerzas? Ora para confiar en su obra perfecta hoy.
La verdadera justicia que agrada a Dios no es solo externa, sino que nace de un corazón transformado, y Jesús llama a sus seguidores a una vida que va más allá de las apariencias religiosas. [00:25]
Mateo 5:20 (RVR1960)
“Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.”
Reflexión: ¿Hay alguna actitud o acción en tu vida que haces solo para aparentar ante los demás? Pídele a Dios que te ayude a vivir con integridad y sinceridad.
Jesús enseña la importancia de reconciliarnos con los demás antes de adorar a Dios, mostrando que las relaciones restauradas son esenciales para una vida espiritual genuina. [00:40]
Mateo 5:23-24 (RVR1960)
“Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.”
Reflexión: ¿Hay alguien con quien necesitas reconciliarte hoy? Da el primer paso para restaurar esa relación antes de continuar con tus actividades espirituales.
La vida en el reino de Dios comienza con reconocer nuestra necesidad espiritual y depender completamente de Él, no de nuestras propias fuerzas o méritos. [00:55]
Mateo 5:3 (RVR1960)
“Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.”
Reflexión: ¿De qué manera puedes hoy reconocer tu necesidad de Dios y depender más de Él en una situación específica?
Seguir el ejemplo de Jesús en el Sermón del Monte nos desafía a vivir de manera contracultural, amando, perdonando y sirviendo como Él lo hizo, reflejando así el carácter de Dios en el mundo. [01:10]
Efesios 5:1-2 (RVR1960)
“Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.”
Reflexión: ¿Cuál es una manera concreta en que puedes imitar a Jesús hoy en tu trato con los demás? Haz un compromiso específico para ponerlo en práctica.
En el corazón de las enseñanzas de Jesús, especialmente en el Sermón del Monte, se encuentra una invitación a no apresurarnos en juzgar o corregir a los demás. Jesús nos llama a una vida de paciencia y discernimiento, recordándonos que la verdadera justicia no se basa en la rapidez de nuestras respuestas, sino en la profundidad de nuestro amor y comprensión. Al mencionar a los profetas, Jesús nos conecta con una larga tradición de hombres y mujeres que esperaron en Dios, confiando en Su tiempo y en Su sabiduría, en vez de actuar impulsivamente. Esta espera activa no es pasividad, sino una forma de fe que transforma nuestro carácter y nos prepara para responder con gracia y verdad.
La centralidad de este mensaje en el Sermón del Monte nos desafía a examinar nuestras propias motivaciones y a preguntarnos si estamos actuando desde el deseo de controlar o desde la humildad de servir. Jesús nos muestra que la verdadera transformación comienza en el corazón, y que sólo cuando permitimos que Dios trabaje en nosotros podemos ser instrumentos de Su paz en el mundo. Así como los profetas esperaron y confiaron, también nosotros somos llamados a esperar en Dios, a escuchar antes de hablar, y a actuar sólo cuando nuestro corazón está alineado con Su voluntad.
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