Living in Freedom: Embracing Our New Identity in Christ
Summary
Hoy nos reunimos para recordar la belleza y el poder de la vida nueva que Dios nos ha dado en Cristo. No se trata solo de evitar el pecado por miedo o por obligación, sino de vivir motivados por el amor y la gratitud hacia Aquel que nos rescató. Cuando enfrentamos tentaciones, la clave no es solo resistir por fuerza de voluntad, sino recordar lo valioso que es lo que Dios nos ha dado: una familia, una nueva identidad, una vida transformada. Así, el pecado pierde su atractivo y la tentación se debilita.
Romanos 6 nos enseña que, al unirnos a Cristo, hemos muerto al pecado y resucitado a una nueva vida. El bautismo es un símbolo poderoso de esta realidad: nuestra vieja naturaleza queda sepultada y ahora vivimos para Dios. Ya no somos esclavos del pecado; la esclavitud fue rota por Cristo. Ahora servimos a un nuevo Amo, y nuestra vida tiene un propósito mayor: agradar a Dios y reflejar Su justicia.
Vivir bajo la gracia no es una excusa para pecar, sino una motivación más profunda para buscar la santidad. La gracia no solo nos perdona, sino que nos capacita para vivir de acuerdo a la nueva vida que hemos recibido. El fruto de una vida en pecado es vergüenza y destrucción, pero el fruto de la vida en Cristo es santificación y vida eterna.
Para caminar en santidad, necesitamos dos cosas: mortificar el pecado y vivificar nuestro espíritu. Mortificar el pecado significa negarle poder, alimento y oportunidad en nuestra vida. No se trata solo de evitar lo malo, sino de reemplazarlo con lo bueno, de no presentarnos voluntariamente a la tentación, y de luchar con todas nuestras fuerzas, confiando en la gracia de Dios. Vivificar el espíritu es alimentar nuestra relación con Dios, andar en la nueva vida, presentarnos a Dios como instrumentos de justicia, obedecer de corazón y servir a otros. Cuando meditamos en las consecuencias del pecado y en los frutos de la obediencia, el camino de la santidad se vuelve más claro y deseable.
Al final, la vida cristiana no es una lista de reglas, sino una respuesta de amor a la obra de Cristo. Ya no somos esclavos del pecado ni del temor; somos hijos de Dios, llamados a vivir en libertad y santidad, reflejando la gloria de nuestro Salvador.
Key Takeaways
- La motivación correcta para vivir en santidad no es el miedo ni la obligación, sino el amor y la gratitud por lo que Dios ha hecho. Cuando recordamos el valor de lo que hemos recibido en Cristo, el pecado pierde su atractivo y la tentación se debilita. La verdadera transformación comienza en el corazón, no en la imposición de reglas externas. [51:25]
- Nuestra nueva identidad en Cristo significa que hemos muerto al pecado y resucitado a una vida nueva. El bautismo es una declaración pública de esta realidad: ya no somos definidos por nuestro pasado, sino por la obra de Cristo en nosotros. Vivir en santidad es simplemente ser coherente con esta nueva identidad, no una hipocresía. [01:01:25]
- La gracia de Dios no es una excusa para pecar, sino una fuerza poderosa que nos capacita para vencer el pecado. Bajo la ley solo encontramos condenación, pero bajo la gracia hallamos perdón, restauración y el poder para cambiar. La gracia nos llama a esforzarnos aún más, no menos, porque todo lo que Dios pide es para nuestra bendición y Su gloria. [01:21:00]
- Mortificar el pecado requiere intencionalidad: negarle poder, evitar situaciones de tentación y reemplazar hábitos destructivos con prácticas que honran a Dios. No se trata solo de resistir, sino de luchar con perseverancia, sabiendo que ya no somos esclavos y que en Cristo tenemos todo lo necesario para vencer. La batalla es real, pero la victoria es posible por la obra de Cristo. [01:12:00]
- Vivificar el espíritu implica alimentar nuestra relación con Dios, obedecer de corazón y servir a otros. Cuando nos presentamos a Dios y usamos nuestros dones y cuerpos para Su justicia, experimentamos el gozo y la plenitud de la vida nueva. Meditar en las consecuencias del pecado y en los frutos de la obediencia nos ayuda a mantenernos enfocados y motivados en el camino de la santidad. [01:25:45]
Youtube Chapters
[00:00] - Welcome
[00:32] - Introducción y la importancia de la motivación
[04:10] - El peligro de abusar de la gracia
[08:45] - Romanos 6: La pregunta sobre el pecado y la gracia
[13:20] - Llamados a ser santos: Identidad y propósito
[16:50] - Lectura de Romanos 6:3-21
[22:30] - ¿Por qué vivir en santidad? Cuatro razones
[29:00] - La nueva realidad espiritual y el bautismo
[36:10] - Ya no somos esclavos del pecado
[41:00] - Vivir bajo la gracia, no bajo la ley
[45:30] - El fruto de la vida: consecuencias y motivaciones
[51:25] - Cómo vivir en santidad: mortificación y vivificación
[58:00] - Estrategias prácticas para mortificar el pecado
[01:12:00] - Luchar con perseverancia y no rendirse
[01:21:00] - Vivificar el espíritu: presentarse a Dios y obedecer de corazón
[01:25:45] - El poder del servicio y la meditación en los frutos
[01:31:29] - Oración final y recordatorio de nuestra nueva identidad
Study Guide
Guía de Estudio Bíblico para Grupos Pequeños
*Basado en el sermón: “El fruto de la vida en Cristo”*
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### Lectura Bíblica
- Romanos 6:3-21
(Se recomienda leer todo el pasaje juntos al inicio del grupo)
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### Preguntas de Observación
1. ¿Qué simboliza el bautismo según Romanos 6 y cómo lo explicó el pastor en el sermón?
[[16:50]]
2. ¿Cuáles son las dos realidades espirituales que Pablo menciona que suceden cuando nos unimos a Cristo?
[[22:30]]
3. Según el sermón, ¿qué diferencia hay entre vivir bajo la ley y vivir bajo la gracia?
[[41:00]]
4. ¿Qué frutos produce una vida en pecado y cuáles produce una vida en Cristo, según Romanos 6 y lo que compartió el pastor?
[[45:30]]
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### Preguntas de Interpretación
1. ¿Por qué la motivación para vivir en santidad no debe ser el miedo o la obligación, sino el amor y la gratitud? ¿Cómo cambia esto la manera en que enfrentamos la tentación?
[[51:25]]
2. El pastor mencionó que ya no somos esclavos del pecado, sino siervos de Dios. ¿Qué implica esto en la vida diaria de un creyente?
[[01:01:25]]
3. ¿Cómo puede la gracia de Dios ser malinterpretada como una excusa para pecar? ¿Por qué Pablo rechaza esta idea tan fuertemente?
[[08:45]]
4. ¿Qué significa “mortificar el pecado” y “vivificar el espíritu” en términos prácticos, según el sermón?
[[51:25]]
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### Preguntas de Aplicación
1. Piensa en una tentación específica que enfrentas. ¿Cómo cambiaría tu respuesta si recordaras el valor de lo que Dios te ha dado en Cristo, en vez de solo tratar de resistir por obligación?
[[51:25]]
2. El pastor contó la historia de un hombre tentado a ser infiel, y cómo recordar el valor de su familia le ayudó a resistir. ¿Hay algo en tu vida que necesitas valorar más para que el pecado pierda su atractivo? ¿Qué sería y cómo puedes recordarlo esta semana?
[[00:32]]
3. ¿En qué áreas de tu vida sigues actuando como “esclavo del pecado” aunque ya no lo eres? ¿Qué pasos concretos podrías tomar para vivir como siervo de Dios en esa área?
[[36:10]]
4. ¿Has usado alguna vez la gracia de Dios como excusa para no esforzarte en la santidad? ¿Cómo puedes cambiar esa mentalidad y dejar que la gracia te motive a esforzarte más?
[[41:00]]
5. El sermón habló de “mortificar el pecado” evitando situaciones de tentación y reemplazando hábitos destructivos. ¿Hay algún hábito o situación que necesitas evitar o reemplazar esta semana? ¿Cuál sería un primer paso?
[[58:00]]
6. “Vivificar el espíritu” implica alimentar tu relación con Dios y servir a otros. ¿Qué puedes hacer esta semana para fortalecer tu relación con Dios o servir a alguien de manera práctica?
[[01:25:45]]
7. Cuando piensas en las consecuencias del pecado y los frutos de la obediencia, ¿cómo te ayuda esto a tomar mejores decisiones? ¿Puedes compartir un ejemplo reciente donde esto haya hecho la diferencia?
[[01:28:07]]
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Cierre:
Tomen un momento para orar juntos, agradeciendo a Dios por la nueva vida en Cristo y pidiendo fuerzas para vivir motivados por amor y gratitud, no por miedo ni obligación.
Devotional
Day 1: Hemos muerto al pecado y vivimos para Cristo
Nuestra nueva realidad espiritual en Cristo significa que hemos muerto al pecado y ahora vivimos para Dios; ya no somos definidos por nuestra antigua naturaleza, sino que somos llamados a andar en una vida nueva, identificándonos con la muerte y resurrección de Jesús. Esta verdad se refleja en el bautismo, que no es solo un símbolo vacío, sino una declaración pública de que nuestra vida le pertenece a Cristo y que hemos sido transformados desde adentro. Recordar esta identidad nos fortalece para resistir la tentación y nos motiva a vivir en santidad, no por miedo, sino por gratitud y amor por lo que Dios ha hecho en nosotros. [51:25]
Romanos 6:3-11 (RVR1960)
¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Reflexión: ¿De qué manera puedes hoy recordar y afirmar tu identidad como alguien que ha muerto al pecado y vive para Cristo, especialmente frente a una tentación específica que enfrentas?
Day 2: Ya no somos esclavos del pecado
En Cristo, la esclavitud al pecado ha sido rota; ya no estamos bajo el dominio del pecado, sino que ahora servimos a un nuevo Amo: Cristo Jesús. Esto significa que sí podemos decirle que no al pecado, que no somos víctimas indefensas, y que nuestra verdadera libertad se encuentra en agradar a Dios y no en seguir los deseos de la carne. Nuestra nueva identidad no está definida por nuestros pecados pasados ni por nuestras debilidades, sino por la libertad y el amor que hemos recibido en Cristo, quien nos capacita para vivir en obediencia y victoria. [01:01:25]
Romanos 6:16-18 (RVR1960)
¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.
Reflexión: ¿En qué área de tu vida sigues creyendo la mentira de que eres esclavo del pecado? ¿Cómo puedes hoy, en oración, declarar tu libertad en Cristo y actuar conforme a esa verdad?
Day 3: Vivimos bajo la gracia, no bajo la ley
Vivir bajo la gracia no es una excusa para pecar, sino una motivación aún mayor para esforzarnos en la santidad, ya que la gracia de Dios nos da poder, perdón y un corazón dispuesto para agradarle. La ley solo revela nuestra condición, pero la gracia nos transforma y nos da la capacidad de arrepentirnos y levantarnos cuando caemos. Cuando entendemos la profundidad de la gracia, respondemos con gratitud y deseo de obedecer, no por miedo al castigo, sino porque reconocemos el amor y la misericordia que hemos recibido. [01:08:00]
Romanos 6:14-15 (RVR1960)
Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.
Reflexión: ¿Has usado la gracia como excusa para no luchar contra algún pecado? ¿Cómo puedes hoy dejar que la gracia te motive a buscar la santidad con mayor pasión?
Day 4: Mortificación y vivificación: morir al pecado y alimentar el espíritu
La vida en santidad requiere dos acciones: mortificar el pecado, es decir, negarle poder, oportunidad y expresión en nuestra vida, y vivificar el espíritu, alimentando activamente nuestra relación con Dios y practicando la justicia, el amor y la obediencia. No basta con dejar de hacer lo malo; debemos reemplazar esos hábitos con prácticas que fortalezcan nuestra fe y nos acerquen más a Dios, presentando nuestros cuerpos y talentos como instrumentos para su gloria. Esta lucha es diaria y requiere intencionalidad, pero es posible porque el Espíritu Santo nos capacita y nos recuerda que nuestra verdadera identidad está en Cristo. [01:21:00]
Efesios 4:22-24 (RVR1960)
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
Reflexión: ¿Qué hábito o práctica necesitas dejar atrás hoy, y con qué nueva acción piadosa puedes reemplazarlo para fortalecer tu vida espiritual?
Day 5: Considera el fruto y las consecuencias de tu vida
Reflexionar sobre el fruto y las consecuencias de nuestras acciones es una poderosa motivación para vivir en santidad; el pecado, aunque perdonado, sigue trayendo vergüenza, destrucción y muerte, mientras que la obediencia a Dios produce santificación y vida eterna. Antes de ceder a la tentación, es sabio detenerse y pensar en lo que realmente está en juego: nuestra familia, nuestro testimonio, nuestra paz y la vida eterna que Dios nos promete. Cuando meditamos en el costo real del pecado y el valor incomparable de la vida en Cristo, el atractivo del pecado disminuye y el deseo de agradar a Dios crece. [01:28:07]
Romanos 6:21-23 (RVR1960)
¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Reflexión: Antes de tomar una decisión hoy, detente y pregúntate: ¿Qué fruto traerá esto a mi vida y a los que me rodean? ¿Vale la pena el costo comparado con la vida que Dios me ofrece?
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