Day 1: Acércate a Dios con conciencia y reverencia
Cuando te acercas a la presencia de Dios, no lo hagas de manera apresurada o distraída, sino con plena conciencia de lo que estás haciendo y ante quién te estás presentando. Así como no entrarías a una reunión importante sin prepararte, tampoco debes entrar a la presencia del Señor sin detenerte a pensar en la grandeza de Aquel con quien hablas. La verdadera espiritualidad no consiste en cumplir rutinas vacías, sino en cultivar un corazón atento y reverente, dispuesto a escuchar y a honrar a Dios con cada palabra y acción. Haz una pausa antes de orar, leer la Biblia o servir, y recuerda que estás delante del Creador del universo. [52:43]
Eclesiastés 5:1-3 (RVR1960) "Cuando fueres a la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio de los necios; porque no saben que hacen mal. No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras. Porque de la mucha ocupación viene el sueño, y de la multitud de las palabras la voz del necio."
Reflexión: ¿Cuándo fue la última vez que hiciste una pausa consciente antes de orar o leer la Biblia, reconociendo realmente ante quién te presentas? ¿Cómo puedes practicar esa pausa hoy?
Day 2: La intención genuina en la oración y el servicio
No basta con hacer cosas buenas para Dios si las hacemos de manera automática o sin intención. La oración, la lectura bíblica y el servicio deben nacer de un corazón enfocado y sincero, no de la costumbre o la prisa. Así como una relación humana se deteriora cuando no hay atención genuina, nuestra relación con Dios se enfría cuando solo cumplimos rituales. La palabra hebrea "kavaná" nos invita a orar, servir y adorar con enfoque, mente y corazón unidos, sabiendo por qué y para quién lo hacemos. Dios busca nuestro corazón, no solo nuestras palabras o acciones externas. [01:01:00]
Isaías 29:13 (RVR1960) "Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado."
Reflexión: ¿En qué áreas de tu vida espiritual has caído en la rutina? ¿Cómo puedes hoy poner intención y corazón en tu oración o servicio?
Day 3: La humildad y sencillez en la oración
Dios no se impresiona por palabras elocuentes o largas oraciones, sino que escucha el clamor humilde y sincero de sus hijos. Jesús enseñó a orar con sencillez, reconociendo la grandeza de Dios y nuestra dependencia de Él. Así como un niño se acerca a su padre sin fingimiento, así debemos acercarnos a Dios, sin pretender ser más santos de lo que somos. La oración más poderosa es la que sale de un corazón honesto, aunque sean pocas palabras, como la del publicano: "Señor, ten piedad de mí, que soy pecador". [01:18:00]
Mateo 6:7-9 (RVR1960) "Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre."
Reflexión: ¿Hay algo que necesitas decirle a Dios hoy con sencillez y humildad, sin adornos ni repeticiones? ¿Puedes hacer una oración breve y honesta desde tu corazón?
Day 4: La obediencia consciente fortalece nuestra fe
Obedecer a Dios no debe ser un acto automático o por presión, sino una respuesta consciente y agradecida a su amor y soberanía. Cada vez que sirves, das, o cumples un compromiso delante de Dios, hazlo recordando que es una oportunidad que Él te da para honrarle. La obediencia hecha con intención y gratitud fortalece tu fe y te prepara para obedecer en áreas más grandes. No prometas a la ligera ni hagas votos que no piensas cumplir; es mejor no prometer que fallar en lo prometido. [01:45:11]
Eclesiastés 5:4-7 (RVR1960) "Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas. No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos? Donde abundan los sueños, también abundan las vanidades y las muchas palabras; mas tú, teme a Dios."
Reflexión: ¿Hay algún compromiso o promesa que has hecho a Dios y no has cumplido? ¿Qué pasos concretos puedes dar hoy para obedecerle con intención y gratitud?
Day 5: Haz una pausa y busca a Dios de todo corazón
En medio de la prisa y las distracciones de la vida, es vital aprender a hacer una pausa, quedarnos quietos y buscar a Dios con todo el corazón. No se trata solo de hablar, sino de escuchar, de estar presentes y atentos a su voz. Dios promete que si le buscamos de todo corazón, Él nos escuchará y se dejará encontrar. Aun cuando no sepas qué decir, acércate con honestidad y pide su ayuda; a veces una simple palabra sincera es suficiente para tocar el corazón de Dios. [01:28:49]
Jeremías 29:12-13 (RVR1960) "Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón."
Reflexión: ¿Puedes apartar hoy unos minutos para quedarte en silencio ante Dios, hacer una pausa y buscarle de todo corazón, sin distracciones ni apuro? ¿Qué cambia en tu corazón cuando lo haces?
Sermon Summary
Hoy hemos sido testigos de cómo Dios llama y envía a sus hijos a nuevas etapas y desafíos, como en el caso de Harris, quien deja su servicio entre los niños para responder al llamado misionero en Jordania. Este ejemplo nos recuerda la importancia de invertir nuestras vidas en lo que realmente tiene valor eterno y de bendecir a quienes han sembrado en nosotros. Así, se nos invita a reflexionar sobre la disposición de nuestro corazón al servir, amar y obedecer a Dios, no solo en grandes decisiones, sino en los detalles cotidianos.
Al abrir Eclesiastés 5, se nos exhorta a acercarnos a Dios con reverencia y atención plena, evitando la superficialidad y la rutina vacía. La vida moderna, saturada de distracciones, nos empuja a vivir en piloto automático, incluso en nuestra relación con Dios. Sin embargo, la Escritura nos llama a practicar la “cabana”: una intención y enfoque consciente al orar, leer la Palabra o servir. No se trata solo de lo que hacemos, sino de por qué y ante quién lo hacemos. La oración y el servicio sin intención son como un cuerpo sin alma; Dios busca nuestro corazón, no solo nuestras palabras o acciones externas.
La verdadera espiritualidad requiere hacer pausas, eliminar la prisa y recordar la grandeza de Aquel ante quien nos presentamos. No es suficiente cumplir con rutinas religiosas; Dios anhela que le busquemos de todo corazón, con humildad y honestidad, como un niño que se acerca a su padre. Incluso cuando no sabemos qué decir, una oración sencilla y sincera es más valiosa que muchas palabras vacías. Así como en nuestras relaciones humanas anhelamos atención genuina, Dios también espera que le demos nuestro enfoque y devoción.
Finalmente, se nos desafía a aplicar este principio en cada área: en la oración, en la lectura bíblica y en el servicio a otros. Cada acto, por pequeño que sea, puede ser una oportunidad para honrar a Dios si lo hacemos con conciencia y gratitud. Que aprendamos a vivir cada momento delante de Él, recordando siempre qué estamos haciendo, por qué lo hacemos y ante quién lo hacemos.
Key Takeaways
1. La espiritualidad auténtica requiere intención y enfoque. No basta con cumplir rutinas religiosas o repetir palabras; Dios busca un corazón presente y consciente. La “cabana” nos invita a detenernos y recordar que cada oración, cada acto de servicio y cada lectura bíblica es un encuentro con el Creador del universo. [49:38]
2. La prisa y la distracción son enemigos de la comunión con Dios. Vivimos en una cultura que valora la productividad y el multitasking, pero la Escritura nos llama a eliminar la prisa y a hacer pausas intencionales para estar realmente presentes ante Dios. Solo así podemos experimentar la profundidad de su presencia y dirección. [71:33]
3. La honestidad y la humildad en la oración son más valiosas que la elocuencia. Dios no se impresiona por palabras grandilocuentes, sino que responde al corazón sincero, incluso si solo podemos decir “ayuda”. Como un padre que comprende el balbuceo de su hijo, Dios acoge nuestras oraciones torpes cuando son genuinas. [83:11]
4. El servicio y la obediencia a Dios deben nacer de la conciencia de su grandeza y de nuestra dependencia de Él. Cada oportunidad de servir, por pequeña que sea, es un privilegio concedido por Dios. Hacer una pausa para reconocer esto transforma actos ordinarios en ofrendas de adoración. [105:11]
5. La madurez espiritual se refleja en la capacidad de vivir con reverencia y gratitud en cada momento. No se trata solo de evitar el pecado, sino de cultivar una vida donde cada pensamiento, palabra y acción estén alineados con la realidad de que estamos siempre ante la presencia de Dios. Así, la obediencia se convierte en fuente de fortaleza y gozo, no de agotamiento. [52:43]
Si tú quieres encontrar soluciones reales a cosas que quizás te han estado molestando en tu matrimonio desde mucho tiempo, la mejor opción, antes de que sea tarde, es acudir a la sabiduría de la palabra de Dios. [00:44:38]
Es impresionante como hay muchas personas que están dispuestas a decir eso por un negocio, que está bien, pero no están dispuestas a hacer el mismo esfuerzo por su matrimonio, que vale más. [00:46:52]
No me importa la cantidad de cursos que tenga que hacer, no me importa cuántas semanas de terapia tenga que hacer, no me importa ante quién tenga que sentarme para aprender lo que me hace falta, con tal de salvarme un matrimonio. [00:47:14]
Si vas a comer, come, si vas a hablar, habla, si vas a descansar, descansa. Es decir, haz lo que tengas que hacer y hazlo con la conciencia de que lo estás haciendo. [00:49:29]
Guarda tus pasos cuando vas a la casa de Dios. Y acércate a escuchar en vez de ofrecer sacrificio de los necios. Porque estos no saben que hacen mal. [00:50:11]
No te des prisa al hablar, ni se apresure tu corazón a proferir palabra delante de Dios. Porque Dios está en el cielo y tú aquí en la tierra. Por tanto, sean pocas tus palabras. [00:50:24]
No es orar por orar, no es leer por leer, no es hacer por hacer, es estar consciente de que es lo que voy a hacer, delante de quien lo voy a hacer y por qué lo voy a hacer. [00:57:29]
La cabana es tener esta intención y este enfoque muy consciente con mi corazón y con mi mente de que estoy realizando una tarea, una actividad espiritual. No es cualquier cosa. [00:58:29]
La oración, decía un famoso rabino, sin cabaná, sin esta intencionalidad, sin este enfoque genuino, es como un cuerpo sin alma. Estás haciendo algo completamente vacío. [01:00:03]
La oración es el lugar donde la neshama, el alma, se encuentra con su creador y a través de ella se activa la fe, la emuna. [01:00:36]
Dios merece todo nuestro asombro y nuestro enfoque pleno. [01:04:34]
La única razón, la única, Cristo. La única razón la Biblia dice que tenemos un abogado, un intercesor, un sumo sacerdote que se presenta delante de Dios todos los días para interceder por nosotros. [01:05:39]
Si tienes un asistente, esa persona tiene que estar listita con papel y lápiz anotando todo lo que tú digas porque ay hablé entonces quedemos para el martes, no me anotas la reunión para el martes y es tu obligación anotar la reunión para el martes porque tú eres el asistente. Pero Dios no es eso. Dios no es tu asistente para andar anotando las cosas que quieres que preste atención en tu vida. Dios es el Dios del universo. [01:10:06]
La verdadera oración proviene del corazón calmado, el corazón que hace pausa y hace el tiempo para entender delante de quien está. [01:10:55]
Si entendiéramos delante de quien nos estábamos presentando, debería ser nuestro primer recurso. Tengo dificultades, necesito orar. Acabo de pelear con mi esposa, necesito orar. Estoy en aprietos económicos, necesito orar. Me siento mal, necesito orar. Estoy mal genio, necesito orar. Estoy cansado, necesito orar. [01:17:22]
Las pocas palabras de corazón son más importantes delante de Dios que las grandilocuentes oraciones que están completamente vacías. [01:18:37]
El Señor está cerca de todos los que le invocan, de todos los que le invocan de verdad, no solo de los que dicen Señor, Señor, de los que hablan palabras, sino aquellos cuyo corazón hace la pausa de enfocarse en Dios para rendirme a él primero y lo que sea que él vaya a decir lo voy a hacer. [01:20:41]
El Salmo 46 verso 10, uno de mis favoritos, dice quédense quietos y sepan que yo soy Dios. [01:21:03]
Cuando un niño levanta su voz y le dice Jesúsito, gracias por este día, cuida a mi papi, a mi mami, a mi perro, amén. ¿Ustedes creen que Dios escucha esa oración? Sí. Porque es completamente honesta y sincera. Es genuina en lo que el niño puede. [01:24:56]
Esta cabana, esta pausa, este enfoque, no es sólo saber qué estás haciendo, sino por qué lo estás haciendo y ante quién lo estás haciendo. Implica incluso ser capaces de escuchar nuestra propia oración o escuchar nuestra propia alabanza. [01:29:52]
Cuando haces un voto al Señor, no tardes en cumplirlo. Porque Él no se deleita en los necios. El voto que haces, cúmplelo. Es mejor que no hagas votos y que hagas votos y no los cumplas. [01:30:56]
En ese sentido, la obediencia a Dios tiene una forma de fortalecer en lugar de agotar nuestros recursos. Si obedecemos en un pequeño rincón, tendremos poder para obedecer en todos lados. Pero funciona mejor cuando la obediencia es consciente. Estoy haciendo esto porque Dios me da la oportunidad de obedecerle, de servirle, de agradarle, de honrarle. [01:34:25]