El Espíritu Santo no solo habita en nosotros, sino que nos unge y nos capacita para anunciar las buenas nuevas, proclamar libertad, dar vista a los ciegos y poner en libertad a los oprimidos. Así como Jesús declaró en Lucas 4, el Espíritu nos impulsa a vivir una vida con propósito, reflejando el carácter y la misión de Cristo en el mundo. Cuando permitimos que el Espíritu Santo nos guíe, somos transformados desde adentro y enviados a impactar a quienes nos rodean con el amor y la verdad de Dios. [01:51]
Lucas 4:18-19
“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a pregonar el año del favor del Señor.”
Reflexión: ¿De qué manera puedes hoy dejarte guiar por el Espíritu Santo para llevar esperanza y libertad a alguien que lo necesita en tu entorno?
No existe un “botón fácil” para ser guiados por el Espíritu Santo; la clave está en no conformarnos al mundo, sino en permitir que nuestra mente sea renovada por Dios. Al ofrecer nuestro cuerpo como sacrificio vivo y buscar la transformación interior, podemos discernir la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios para nuestras vidas. Esta renovación es un proceso diario que requiere entrega, humildad y disposición para obedecer la voz del Espíritu. [03:47]
Romanos 12:1-2
“Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.”
Reflexión: ¿Qué pensamiento o actitud necesitas entregar hoy a Dios para que Él renueve tu mente y te muestre Su voluntad?
Los ejemplos de los discípulos en Pentecostés y de la iglesia en Antioquía muestran que la dirección del Espíritu Santo viene cuando oramos, ayunamos y buscamos a Dios en comunidad. No estamos llamados a vivir la fe de manera aislada, sino a unirnos con otros creyentes para buscar juntos la presencia y la guía de Dios. En la comunión, la oración y el ayuno, el Espíritu Santo habla, confirma y dirige nuestros pasos hacia los propósitos de Dios. [13:02]
Hechos 1:14; 2:1-4; 13:2-3
“Todos, de común acuerdo, se dedicaban a la oración, junto con las mujeres y con los hermanos de Jesús y su madre María.”
“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y llenó toda la casa donde estaban reunidos. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.”
“Mientras ayunaban y participaban en el culto del Señor, el Espíritu Santo dijo: ‘Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado.’ Así que después de ayunar, orar e imponerles las manos, los despidieron.”
Reflexión: ¿Con quién puedes reunirte esta semana para orar y buscar juntos la dirección del Espíritu Santo para una decisión importante?
Dios no nos ha llamado solo para “vernos” cristianos, sino para dar fruto verdadero y duradero. Así como una rama injertada en el árbol da fruto, nosotros hemos sido injertados en Cristo para producir frutos que glorifican a Dios y bendicen a otros. Nuestra vida debe evidenciar transformación y propósito, y el fruto que damos es señal de la obra del Espíritu Santo en nosotros. [29:25]
Juan 15:16
“No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que pidan en mi nombre.”
Reflexión: ¿Qué fruto espiritual puedes comenzar a cultivar hoy para bendecir a otros y glorificar a Dios?
No fuimos diseñados para vivir la fe en soledad; necesitamos una comunidad donde podamos orar, ayunar, compartir nuestras cargas y buscar juntos la guía del Espíritu Santo. En la comunión, Dios se manifiesta, nos fortalece y nos confirma en Su voluntad. Al reunirnos en Su nombre, experimentamos Su presencia y somos animados a vivir una vida auténtica y fructífera en Cristo. [21:23]
Mateo 18:19-20
“Además les digo que si dos de ustedes en la tierra se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan, les será concedida por mi Padre que está en el cielo. Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”
Reflexión: ¿A quién puedes invitar hoy a orar y compartir juntos sus necesidades, buscando la presencia y dirección de Dios en comunidad?
Hoy reflexionamos sobre la importancia de la guía del Espíritu Santo en la vida diaria. No basta con saber que el Espíritu Santo habita en nosotros; es fundamental buscar activamente su dirección para vivir conforme a los propósitos de Dios. El Espíritu Santo no solo transforma y consuela, sino que nos impulsa a actuar como Cristo: anunciar buenas nuevas, proclamar libertad, sanar y llevar esperanza. Sin embargo, esta guía no es automática ni sencilla; no existe un “botón” que podamos presionar para recibir respuestas inmediatas. La transformación y la dirección del Espíritu Santo requieren una mente renovada, una vida de oración, ayuno y comunión con otros creyentes.
La historia de los primeros discípulos en Hechos nos muestra que la guía del Espíritu Santo se manifiesta cuando la comunidad se une en oración y ayuno. Así, el Espíritu da propósito y dirección, tanto en lo general como en decisiones específicas. La vida cristiana no puede reducirse a una estética externa, a simples hábitos o costumbres dominicales. La verdadera vida en el Espíritu se vive en comunidad, en la búsqueda conjunta de Dios, en la vulnerabilidad de compartir necesidades y en la disposición de ser transformados juntos.
El mundo moderno nos empuja al aislamiento, pero el diseño de Dios es que vivamos en comunidad, apoyándonos y orando unos por otros. Solo así podemos experimentar la libertad y la transformación que el Espíritu Santo ofrece. Además, hemos sido injertados en la familia de Dios no solo para pertenecer, sino para dar fruto. El propósito de nuestra vida es ser fructíferos, y esto solo es posible cuando permitimos que el Espíritu Santo nos guíe y nos transforme desde adentro.
Por eso, la invitación es a buscar a Dios diariamente, meditar en su Palabra, orar y ayunar en comunidad, y no conformarnos con una fe superficial. Es urgente que cada uno de nosotros dé fruto, que vivamos guiados por el Espíritu, y que juntos seamos una comunidad que transforma el mundo con el amor y el poder de Dios.
Vemos que en ambos ejemplos, aquí ambos los discípulos y los maestros en Antioquía, están orando juntos y ayunando. Hay tres elementos. Hay oración, hay ayuno y hay comunión entre los hermanos. [00:12:54] (19 seconds) #OracionAyunoComunion
Juntarnos en una iglesia, juntarnos el domingo, juntarnos en... Aquí no tenemos cuatro paredes, pero dentro de las cuatro paredes de la iglesia, es una decisión estética. De la misma manera podríamos juntarnos afuera. ¿Alguien aquí ve algo malo de juntarse afuera para un servicio? Miren, miren, yo sé de iglesias que se juntan en bodegas, iglesias que se juntan en colegios, y esta iglesia se juntó por mucho tiempo en una carpa de circo, ¿verdad? Entonces yo no veo nada malo con ello. [00:17:56] (36 seconds) #IglesiaSinMuros
El mundo moderno ha hecho de nosotros células independientes, células conectadas levemente con el resto del mundo. Y ni siquiera células queriendo decir grupos cristianos, no, como células del cuerpo independientes. Cada una sí depende de las demás, pero, pero, mira no me toques, facilito. [00:20:02] (24 seconds) #CuerpoConectado
Cuando vivimos, cuando tenemos estos dos elementos en nuestra vida, podemos nosotros pensar, mira yo estoy bien, yo actúo como cristiano, yo voy a la iglesia el domingo, yo verdad, cuando me voy a la iglesia, cuando toca, doy la ofrenda, yo cuando hacen un llamado a oración, yo me paro y levanto los brazos, yo hago todo lo que hacen los cristianos. Pero adentro, afuera de la imagen estética, ¿acaso estamos viviendo como cristianos? [00:20:26] (34 seconds) #CristianoInterior
Hermanos, necesitamos al Espíritu Santo para todo, para cada decisión, para cada momento, para cada oposición de que nos encontramos en la vida. El Espíritu Santo está contigo, el Espíritu Santo ciertamente la vencerá. El poder de Dios es el más grande del mundo. En el nombre de Jesús, todo puede ser vencido. [00:23:35] (21 seconds) #PoderDelEspiritu
No podemos vivir satisfechos con ser cristianos solo de afuera, o ser cristianos de que no nos juntamos y buscamos la presencia de Dios juntos. No podemos estar satisfechos. Y más que nada, porque cada uno de nosotros está hecho, estamos hechos para dar fruto. No solo para vivir una vida de cristianos externa, pero para realmente dar fruto. [00:24:32] (26 seconds) #FrutoNoApariencia
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