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Bienvenidos, hermanos y hermanas. Hoy quiero hablarles sobre la importancia de la fe y la promesa de Dios en nuestras vidas. Comenzamos recordando que Dios nos ha llamado a ser una iglesia viva, una iglesia que celebra y adora a Dios con todo su corazón. Dios nos ha prometido bendiciones extranjeras, bendiciones que vendrán de fuera de nuestro país para poner en nuestras manos ([44:12]). Esta iglesia va a cosechar semillas que fueron plantadas en Europa, y veremos el cumplimiento de las promesas de Dios.
Dios nos ha llamado a ser fieles en lo poco para que Él nos ponga en lo mucho. La gracia y el favor de Dios están abrazando a aquellos que han decidido seguir creyendo y confiando en Él. Nuestros mejores días en Dios están apenas comenzando ([44:38]). Dios nos ha dado dones y promesas, y hay un depósito dentro de cada uno de nosotros que no será normal. Lo que Dios hará con nosotros será extraordinario.
Hablamos también sobre la importancia de la alabanza y la adoración. Dios puede usarnos en la alabanza y en los dones espirituales. Hay un río de promesas que corre dentro de nosotros, y Dios nos ha hecho muchas promesas que se cumplirán ([45:15]). La fidelidad en la alabanza y la adoración es clave para ver la manifestación de las promesas de Dios en nuestras vidas.
Dios nos ha llamado a ser una iglesia profética, una iglesia que forma nuevos profetas, pastores y apóstoles para esta generación ([30:54]). Este es el anhelo de Dios para nosotros, y Él nos ha dado la autoridad del cielo para cumplir con este llamado. Aunque hemos enfrentado críticas y dificultades, Dios ha prometido que completará la obra que ha comenzado en nosotros.
La iglesia latina tiene un papel especial en el avivamiento que Dios está trayendo a las naciones. Los latinos serán los últimos en presentar al Rey a las naciones, y Dios nos ha confiado esta misión porque somos como el buen vino, que se sirve al final ([19:25]). El buen vino es aquel que el proceso no lo amarga, y nosotros, como iglesia, hemos pasado por procesos que nos han hecho más fuertes y más dulces.
Dios nos ha llamado a ser un ramo frutífero, a dar fruto en cualquier circunstancia. No importa si estamos en un desierto o en un lugar difícil, siempre daremos fruto porque Dios está con nosotros ([36:01]). Nadie podrá poner límite a nuestro crecimiento y bendición. Dios nos ha prometido que nuestros vástagos se extenderán sobre los muros, y veremos la manifestación de Su poder en nuestras vidas.
Finalmente, Dios nos ha llamado a ser una iglesia que provoca restauración. Dios va a usar esta casa para prender el fuego de Su Espíritu en esta localidad y en otras también ([01:23:33]). Vamos a ver milagros, sanidades y liberaciones porque Dios está con nosotros. La cosecha de las naciones estará sobre esta casa, y veremos la gloria de Dios manifestada de manera poderosa.
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Key Takeaways
- 1. Fidelidad y Promesas de Dios: Dios nos ha llamado a ser fieles en lo poco para que Él nos ponga en lo mucho. La gracia y el favor de Dios están abrazando a aquellos que han decidido seguir creyendo y confiando en Él. Nuestros mejores días en Dios están apenas comenzando. Esta fidelidad nos prepara para recibir las bendiciones extranjeras que Dios ha prometido. [44:38]
- 2. Alabanza y Adoración: La alabanza y la adoración son claves para ver la manifestación de las promesas de Dios en nuestras vidas. Dios puede usarnos en la alabanza y en los dones espirituales. Hay un río de promesas que corre dentro de nosotros, y Dios nos ha hecho muchas promesas que se cumplirán. La fidelidad en la alabanza nos conecta con el corazón de Dios y abre puertas para Su intervención divina. [45:15]
- 3. Iglesia Profética: Dios nos ha llamado a ser una iglesia profética, una iglesia que forma nuevos profetas, pastores y apóstoles para esta generación. Este es el anhelo de Dios para nosotros, y Él nos ha dado la autoridad del cielo para cumplir con este llamado. Aunque hemos enfrentado críticas y dificultades, Dios ha prometido que completará la obra que ha comenzado en nosotros. [30:54]
- 4. El Buen Vino: La iglesia latina tiene un papel especial en el avivamiento que Dios está trayendo a las naciones. Los latinos serán los últimos en presentar al Rey a las naciones, y Dios nos ha confiado esta misión porque somos como el buen vino, que se sirve al final. El buen vino es aquel que el proceso no lo amarga, y nosotros, como iglesia, hemos pasado por procesos que nos han hecho más fuertes y más dulces. [19:25]
- 5. Ramo Frutífero: Dios nos ha llamado a ser un ramo frutífero, a dar fruto en cualquier circunstancia. No importa si estamos en un desierto o en un lugar difícil, siempre daremos fruto porque Dios está con nosotros. Nadie podrá poner límite a nuestro crecimiento y bendición. Dios nos ha prometido que nuestros vástagos se extenderán sobre los muros, y veremos la manifestación de Su poder en nuestras vidas. [36:01]
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