Esperanza y Fe en las Tormentas de la Vida

Devotional

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Nuestra casa es una casa en donde hemos aprendido a ser nosotros, donde no tenemos que ponernos máscaras, donde no tenemos que aparentar absolutamente nada. Si estamos bien, estamos bien. Si no estamos muy bien, no tenemos apoyo de los demás. Es más, haga todo el mundo así. Me quito la máscara. [00:01:10]

Hoy, para los que nos acompañan hoy por primera vez, van a ver un mensaje con bastante vulnerabilidad. Muy seguramente me voy a poner a llorar. Ando con los niveles de tolerancia emocional en cero, pero rico saber que tengo la libertad de hacerlo. Porque esta es mi casa. Amén. [00:01:31]

El asunto es que normalmente antes del amanecer viene el momento de más oscuridad y siempre después de la tormenta más oscura y tenebrosa, viene el más hermoso y precioso de los amaneceres. Dígale que está al lado suyo, va a amanecer, va a amanecer en tu vida, va a amanecer en tu vida. [00:13:30]

El asunto es que tendemos, présteme atención por favor, ya están atendiendo al nene, présteme atención, cuando estamos en medio de la tormenta tendemos a enfocarnos o tendemos a desenfocarnos de las promesas de Dios y nos enfocamos en la tormenta como tal. Nos enfocamos en el tamaño de las olas y da miedo, así como los discípulos estaban muertos de miedo. [00:13:53]

No es el que nos metió en esta tormenta, pero si ustedes recuerdan, ahorita les hice repetir, ¿qué fue lo que Jesús, cuando comenzamos leyendo el mensaje, en el versículo 22, Jesús hizo que los discípulos subieran a la barca? Pregunta, ¿será que Jesús siendo Dios, con toda la sabiduría de Dios en él? Sabía, hagamos una encuesta, ¿sabía o no sabía que venía una tormenta para los discípulos? [00:14:40]

Eso es difícil, pero es bueno lo que está ocurriendo y es bueno lo que va a ocurrir. Entonces, ¿quién mandó esta tormenta? ¿Día conmigo Jesús? Él sabía perfectamente lo que estaba ocurriendo y lo que iba a ocurrir. Ahora, como estaba diciendo ahorita, el enfoque muchas veces en medio de todo esto es queremos pasar la tormenta, queremos que se acabe la tormenta. [00:16:14]

Jesús quería que los discípulos confiaran en Él, descansaran en Él, vieran cuán cerca, ya nos vamos a meter ahí, pudieran comprobar realmente cuán cerca Él estaba de ellos, que no se había olvidado de ellos. Sí, Él mandó la tormenta, pero quería ahí en medio de la tormenta que los discípulos aprendieran a confiar en Él. [00:19:04]

Es muy posible que Jesús nunca los hubiera perdido de vista. Ellos no lo podían ver a él, pero él sí los estaba viendo a ellos. Los ojos de Dios están puestos sobre los justos y sus oídos atentos al clamor de ellos. No te ha dejado solo. Dile que está al lado suyo. No te ha dejado solo. No nos ha dejado solos. [00:25:26]

Pero la gran conclusión aquí puede ser que para hacer algo extraordinario solamente necesitamos un poquito de fe como del tamaño como de una semilla de mostaza. Y esta no es una historia acerca. Esta es una historia acerca de el gran Pedro. Esta es una historia acerca de el gran Salvador que tenemos, que es nuestro Señor Jesucristo. Denle un aplauso fuerte al Señor. [00:31:56]

Y así como al instante Jesús rescató a Pedro. Piensen, ¿qué tan cerca tuvo que estar Jesús de Pedro? Para, dice, extendiendo su mano, lo sostuvo. Él está cerca. Él está muy cerca. Y al instante quiere decir rápido. Antes de que se terminara de hundir. Vinieron promesas. El Señor me recordó canciones. Comencé a tararearlas. Ahorita cantamos hoy una de ellas. [00:42:02]

Eso es Jesús sosteniendo, extendiendo su mano. Y muchas veces necesitamos la manifestación del amor de Dios a través de piel humana, a través de contacto humano. Y esa es la bendición de pertenecer al cuerpo de Cristo. Ayer hablaba, salimos a comer con los pastores de Canaan y decíamos, ¿cómo sobrevive alguien una crisis como esta sin Dios, sin comunidad, sin familia? [00:47:16]

Recuérdales, susúrrales a sus oídos que todo está bien y que todo va a estar bien porque tú estás con ellos ahí en medio de la tormenta que a pesar de que por mucho tiempo no te vieron y te perdieron de vista, tú estabas mirándolos, Señor, porque tus ojos están puestos. Te pido que les des una certeza sobrenatural de que todo va a estar bien. [00:56:23]

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