Hoy hemos reflexionado sobre la importancia de testificar y predicar el evangelio, no como un simple deber religioso, sino como una obra profundamente espiritual y sobrenatural. La fe que transforma vidas no se basa en argumentos humanos, emociones o estrategias persuasivas, sino en el poder de Dios y la obra del Espíritu Santo. Así como el apóstol Pablo enseñó, nuestra fe debe estar cimentada en la demostración del Espíritu y no en la sabiduría de los hombres. Por eso, orar por aquellos que aún no conocen a Cristo es fundamental; es en la oración donde se gesta el nuevo nacimiento espiritual, donde intercedemos para que el Señor haga la obra que solo Él puede hacer.
El nuevo nacimiento no es producto de la voluntad humana, ni de esfuerzos personales, sino de la intervención divina. Así como nosotros fuimos alcanzados por la gracia de Dios, ahora somos llamados a orar y a testificar para que otros también experimenten ese milagro. No se trata de convencer a las personas con promesas terrenales o motivaciones superficiales, sino de presentar a Cristo crucificado, el único que puede transformar el corazón y dar vida eterna.
La manera de Dios es la predicación del evangelio, y es a través de la locura de la predicación que Él ha decidido salvar a los que creen. Todo lo demás, como la acción social o la ayuda al necesitado, es valioso, pero lo principal es anunciar a Cristo. Para esto, necesitamos la llenura y el poder del Espíritu Santo, pues no es con fuerza ni con recursos humanos, sino con el Espíritu de Dios que podemos ser testigos eficaces en todo lugar y en todo momento.
Dios llama y usa a quienes Él escoge, pero también a quienes responden con disposición y obediencia. Hoy, el llamado es a ser testigos, a vivir como mártires, no necesariamente en el sentido de morir físicamente, sino de estar dispuestos a entregar nuestra vida por la causa de Cristo. El avivamiento que anhelamos no será solo dentro de las paredes del templo, sino en cada espacio de nuestra vida cotidiana, donde el Espíritu Santo nos impulse a testificar y a ver la gloria de Dios manifestarse en la salvación de muchos.
Key Takeaways
- 1. La fe genuina no se fundamenta en argumentos humanos ni en emociones pasajeras, sino en el poder de Dios y la obra del Espíritu Santo. Cuando nuestra fe descansa en lo divino y no en lo humano, permanece firme ante cualquier circunstancia y no depende de motivaciones externas o promesas terrenales. [05:33]
- 2. El nuevo nacimiento espiritual es una obra sobrenatural que solo Dios puede realizar. Así como oramos por otros, intercedemos para que el Espíritu Santo los engendre de nuevo, reconociendo que no es por voluntad de carne ni de hombre, sino por la voluntad de Dios. Nuestra tarea es gestar en oración y testimonio, confiando en el poder transformador del Señor. [16:22]
- 3. La predicación del evangelio es el método escogido por Dios para salvar a los perdidos. No se trata de ofrecer beneficios materiales o emocionales, sino de presentar a Cristo crucificado, quien es poder y sabiduría de Dios. La verdadera transformación viene cuando el mensaje de la cruz es recibido con fe, aunque para el mundo parezca locura. [19:45]
- 4. El poder del Espíritu Santo es indispensable para testificar de Cristo en todo lugar y en todo tiempo. No es una tarea reservada para unos pocos, ni limitada a ciertos espacios; todos los creyentes están llamados a ser testigos, y es el Espíritu quien nos capacita y nos impulsa a cumplir este llamado, rompiendo paradigmas y extendiendo el evangelio más allá de nuestras fronteras inmediatas. [27:15]
- 5. Dios llama tanto a quienes ha escogido soberanamente como a quienes responden con disposición y obediencia. El llamado de Dios sigue vigente hoy: “¿A quién enviaré?” La respuesta que transforma vidas y naciones es la de aquellos que dicen: “Heme aquí, envíame a mí”, dispuestos a ser llenos del Espíritu Santo y a vivir como verdaderos testigos de Cristo. [45:44]
Youtube Chapters
- [00:00] - Welcome
- [00:32] - Declaración de fe y apertura bíblica
- [01:10] - Visión y oración por los perdidos
- [03:44] - La importancia de la oración en el evangelismo
- [05:33] - La fe fundada en el poder de Dios
- [08:46] - La diferencia entre persuasión humana y convicción espiritual
- [12:32] - El pecado humano y la obra del Espíritu Santo
- [16:22] - El nuevo nacimiento: obra divina, no humana
- [19:45] - La locura de la predicación y el poder de la cruz
- [24:05] - El poder del Espíritu Santo en el testimonio
- [27:15] - Testigos en todo lugar y en todo tiempo
- [29:09] - Dios llama y usa a quien responde
- [31:10] - Oración por vocación y ejemplo de servicio
- [34:02] - Intercesión por los nombres y familias
- [39:11] - Un avivamiento fuera del templo
- [41:41] - La verdadera sanidad para la nación
- [45:44] - El llamado a ser testigos y enviados por Dios
