Aunque a veces sentimos que no tenemos suficientes recursos o habilidades para cumplir la misión, la verdadera fuente de poder y provisión viene de Dios mismo. No depende de nuestras capacidades, sino de la autoridad y el respaldo que Jesús nos da. Cuando nos sentimos insuficientes, podemos recordar que Dios es quien equipa y envía, y que su poder se perfecciona en nuestra debilidad. [24:31]
Hechos 1:8 (ESV)
Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Reflexión: ¿En qué área de tu vida te has sentido incapaz de servir a Dios? ¿Cómo puedes confiar hoy en el poder del Espíritu Santo en vez de tus propias fuerzas?
El sufrimiento físico y emocional no es ajeno a la vida cristiana; es fruto de la caída, pero también un recordatorio de la necesidad de la redención total que solo Jesús puede traer. En medio del dolor, podemos mirar a Cristo, quien sufrió por nosotros, y encontrar esperanza en la promesa de restauración y redención final. [24:31]
Romanos 8:18 (ESV)
Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que se ha de manifestar en nosotros.
Reflexión: ¿Qué sufrimiento estás enfrentando hoy? ¿Cómo puedes entregarlo a Dios y confiar en que Él traerá redención y propósito a través de ello?
En la cruz, Jesús no solo perdonó nuestros pecados, sino que también canceló toda deuda que teníamos delante de Dios. No hay condenación para los que están en Cristo, y podemos vivir en libertad y gratitud por su gracia inmerecida. [24:31]
Colosenses 2:13-14 (ESV)
Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados; anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz.
Reflexión: ¿Hay alguna culpa o vergüenza que sigues cargando? ¿Puedes hoy recibir el perdón total de Jesús y dejar esa carga en la cruz?
Recordar la fidelidad de Jesús en su misión y en su sufrimiento nos anima a seguir adelante, aun cuando enfrentamos dificultades o tentaciones de rendirnos. Su ejemplo nos muestra que la perseverancia en la fe tiene propósito y recompensa, y que no estamos solos en el camino. [24:31]
Hebreos 12:1-2 (ESV)
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Reflexión: ¿En qué área de tu vida necesitas perseverar hoy? ¿Cómo puede el ejemplo de la fidelidad de Jesús motivarte a seguir adelante?
No necesitamos esperar condiciones perfectas ni grandes recursos para comenzar a servir; Dios nos llama a ser luz y testigos en nuestro entorno inmediato, usando lo que ya ha puesto en nuestras manos. La misión empieza en casa, en el trabajo, en la comunidad, y Dios se encarga de multiplicar nuestros esfuerzos cuando somos fieles en lo poco. [24:31]
Mateo 5:14-16 (ESV)
Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Reflexión: ¿Cuál es un paso concreto que puedes dar hoy para ser luz y testigo de Cristo en tu entorno inmediato?
En este mensaje se explora la misión que Jesús confió a sus discípulos y cómo esa misión sigue vigente para nosotros hoy. Se enfatiza que Jesús envió a sus seguidores no con abundancia de recursos materiales, sino con la autoridad y el poder que provienen de Dios. La verdadera provisión para la misión no es lo que llevamos en las manos, sino la presencia y el respaldo del Señor. A menudo, los cristianos pueden sentirse tentados a improvisar o a depender de sus propias fuerzas, pero la invitación es a confiar en la fidelidad de Jesús y en la suficiencia de su gracia.
Se recuerda que el sufrimiento físico y las dificultades son parte de la realidad caída del mundo, pero también son el terreno donde se manifiesta la redención de Cristo. Ejemplos como William Booth, fundador del Ejército de Salvación, muestran cómo la fidelidad a la misión de Jesús puede transformar vidas y comunidades, incluso en medio de la crítica o la escasez. La autoridad de Jesús, manifestada en la cruz, es la base sobre la cual se cancela toda deuda y se proclama libertad a los cautivos.
La misión cristiana no es solo para lugares lejanos, sino que comienza en nuestro propio entorno, en las puertas de nuestra vida cotidiana. La invitación es a no ser indiferentes, sino a responder con prontitud y obediencia, sabiendo que el Reino de Dios se acerca a través de nuestra disposición a servir y proclamar el evangelio. La consistencia entre lo que creemos y lo que vivimos es esencial para que otros puedan ver la realidad del Reino en nosotros.
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