Hoy experimentamos la presencia del Señor de una manera especial, recordando que nuestra vida y nuestro tiempo juntos tienen un propósito mucho más profundo que simplemente escuchar o participar en actividades. El Señor nos invita a ir más allá de la rutina y a entrar en una verdadera comunión con Él, como hijos que se acercan a su Padre con un corazón sincero y sin reservas. La adoración no es solo un acto externo, sino una respuesta natural y genuina de quienes han sido tocados por la gracia y el amor de Dios. Por eso, se nos animó a ofrecerle una alabanza más, no por obligación, sino como un acto profético que declara que esta casa es, ante todo, un lugar de adoración.
Reflexionamos sobre la historia de Marta y María en Lucas 10:38-42, donde Jesús nos muestra que, aunque servir es importante, hay algo aún más esencial: sentarnos a sus pies y escuchar su voz. Marta no fue reprendida por servir, sino porque su distracción la llevó a perder de vista lo más importante: la presencia de Jesús. La distracción, como se explicó, no solo nos separa de Dios, sino que también distorsiona nuestra percepción y nos hace actuar fuera de nuestro verdadero ser. Así como un auto sin tracción pierde el control, un corazón distraído pierde el rumbo y la paz.
El llamado es a ser discípulos que, como María, eligen la “mejor parte”: estar en la presencia del Señor. Desde ese lugar de intimidad y comunión, nuestro servicio cobra sentido y poder, porque fluye de un corazón lleno de amor y no de afán o ansiedad. El tiempo invertido en la presencia de Dios nunca es tiempo perdido; al contrario, es lo que da fruto eterno y nos capacita para bendecir a otros de manera genuina.
Se nos desafió a examinar nuestras motivaciones y a preguntarnos si estamos ayudando a otros a acercarse a Dios o, sin darnos cuenta, los estamos alejando de Su presencia. La verdadera adoración y el servicio auténtico nacen de un corazón que ha aprendido a recibir primero del Señor. Por eso, concluimos dedicando más tiempo a la adoración, reconociendo que Jesús es el centro, la razón y el tesoro más valioso de nuestra vida. Que cada acto, cada servicio y cada día sean una ofrenda viva para Él, quien es digno de todo nuestro amor y devoción.
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Key Takeaways
- 1. La adoración es una respuesta natural a la gracia recibida Cuando comprendemos la magnitud de la salvación y el amor de Dios, la adoración deja de ser una obligación y se convierte en la expresión más genuina de nuestro corazón. No se trata de cumplir con un rito, sino de responder con gratitud y entrega a quien nos amó primero. La adoración es el lenguaje de los redimidos, el eco de un corazón que ha sido transformado por la gracia. [30:26]
- 2. La distracción nos separa de la presencia de Dios y distorsiona nuestra percepción Así como Marta, podemos estar ocupados en cosas buenas y aún así perdernos lo esencial. La distracción no solo nos aleja de Dios, sino que nos lleva a cuestionar su amor y a actuar fuera de nuestro carácter. Un corazón distraído pierde el control y la paz, y termina diciendo o haciendo cosas que realmente no reflejan lo que somos ni lo que creemos. [19:06]
- 3. El servicio auténtico nace de la intimidad con Dios, no del afán Jesús no reprendió a Marta por servir, sino por dejar que el servicio la apartara de su presencia. El verdadero servicio fluye de un corazón que primero se ha sentado a los pies del Maestro, ha recibido su palabra y ha sido lleno de su amor. Solo así nuestro servicio será fuente de gozo y bendición, y no de ansiedad o competencia. [23:43]
- 4. El tiempo en la presencia de Dios nunca es tiempo perdido Cada momento que pasamos adorando y escuchando al Señor es eterno y forma parte de nuestra historia con Él. Estos momentos no pueden ser robados ni olvidados; son el tesoro que presentamos ante Dios y la fuente de nuestra fortaleza y propósito. Invertir en la presencia de Dios es invertir en lo que realmente permanece. [29:09]
- 5. Nuestra mayor influencia sobre otros es amar a Jesús con todo el corazón Más que lo que podamos hacer por los demás, lo que más impacta es cuánto amamos y buscamos a Dios. Cuando nuestra vida está centrada en Él, inspiramos a otros a acercarse y a sentarse también a sus pies. El mejor legado que podemos dejar es una vida de adoración y devoción sincera, que invite a otros a experimentar la misma intimidad con el Señor. [26:59]
Youtube Chapters
- [00:00] - Welcome
- [01:13] - Invitación a la adoración profética
- [02:15] - El corazón de un hijo en la alabanza
- [03:03] - Oración y entrega de distracciones
- [14:01] - Introducción a Lucas 10:38-42
- [14:59] - Marta y María: el contraste de actitudes
- [15:45] - La distracción y sus efectos
- [16:36] - El propósito de congregarnos
- [19:06] - La distracción y la percepción de Dios
- [22:11] - El significado de la distracción
- [23:05] - El discipulado y la presencia de Dios
- [23:43] - El servicio desde la intimidad
- [24:48] - Jesús: la única cosa necesaria
- [26:59] - Cómo ayudar a otros a acercarse a Dios
- [28:00] - La adoración como respuesta eterna
- [29:09] - El valor eterno de la adoración
- [30:26] - La adoración como fruto de la gracia
- [31:45] - Anuncios y bendición final