El amor de Dios es sencillo y profundo, un amor que no rechaza sino que abraza al caído y al necesitado. Cuando nos acercamos a Él, no encontramos juicio sino aceptación, cuidado y valoración. Así como la iglesia debe aprender a abrazar y amar a quienes llegan heridos, también cada uno de nosotros es llamado a recibir y extender ese amor incondicional, recordando que Dios nunca falla y siempre nos recibe con los brazos abiertos, sin importar nuestra condición. [01:17]
Romanos 5:8 (ESV)
But God shows his love for us in that while we were still sinners, Christ died for us.
Reflexión: ¿A quién puedes extender hoy el amor sencillo y abrazador de Dios, especialmente a alguien que se siente rechazado o caído?
Dios nos llama a no diluir la verdad ni a suavizar el pecado, sino a reconocerlo y confesarlo con honestidad. La iglesia no debe temer llamar al pecado por su nombre, pues la Palabra de Dios confronta para llevarnos al arrepentimiento genuino, no solo a un cambio superficial de conducta. El arrepentimiento verdadero nace cuando somos confrontados con la verdad de nuestra vida y decidimos abandonar el pecado, permitiendo que Dios transforme nuestro corazón. [21:54]
1 Juan 1:8-9 (ESV)
If we say we have no sin, we deceive ourselves, and the truth is not in us. If we confess our sins, he is faithful and just to forgive us our sins and to cleanse us from all unrighteousness.
Reflexión: ¿Hay alguna área en tu vida donde has estado justificando o suavizando el pecado? ¿Puedes hoy confesarlo con honestidad delante de Dios?
La verdad de Dios se revela en la intimidad, cuando somos reales, honestos y vulnerables delante de Él. Solo en ese espacio secreto entre tú y Dios, donde reconoces tu condición y te humillas, puedes recibir sabiduría y experimentar una transformación genuina. Dios ama la verdad en lo íntimo y desea que le busques con sinceridad, llamando las cosas por su nombre y permitiendo que Su verdad penetre y sane tu corazón. [38:31]
Salmo 51:6 (ESV)
Behold, you delight in truth in the inward being, and you teach me wisdom in the secret heart.
Reflexión: ¿Cuándo fue la última vez que fuiste completamente honesto con Dios en oración? ¿Qué necesitas confesarle hoy en lo secreto?
La Palabra de Dios es como una espada de dos filos que penetra profundamente, separando el alma del espíritu y revelando lo que realmente hay en nuestro interior. Cuando fundamentamos nuestra vida en la verdad de Dios y no en emociones o conceptos humanos, podemos discernir y vivir como verdaderos hijos de Dios, firmes ante las corrientes del mundo y capaces de llamar las cosas como Dios las llama. Todo en nuestra vida de fe debe estar atado a la verdad de Su Palabra, que nos protege y nos da dirección. [55:43]
Hebreos 4:12 (ESV)
For the word of God is living and active, sharper than any two-edged sword, piercing to the division of soul and of spirit, of joints and of marrow, and discerning the thoughts and intentions of the heart.
Reflexión: ¿En qué área de tu vida necesitas dejar que la Palabra de Dios te confronte y te muestre la verdad, aunque sea incómodo?
Jesús nos llama a amar a nuestros enemigos, bendecir a quienes nos maldicen y orar por quienes nos persiguen. Este mandamiento solo puede ser vivido por quienes han experimentado el amor y la misericordia de Dios en lo profundo de su ser. Al actuar así, mostramos que somos verdaderos hijos de nuestro Padre celestial, reflejando Su carácter y Su bondad incluso hacia quienes nos hacen daño. Amar de esta manera es evidencia de una vida transformada por la verdad y la gracia de Dios. [31:12]
Mateo 5:44-45 (ESV)
But I say to you, Love your enemies and pray for those who persecute you, so that you may be sons of your Father who is in heaven. For he makes his sun rise on the evil and on the good, and sends rain on the just and on the unjust.
Reflexión: ¿Quién es una persona difícil en tu vida a quien puedes bendecir o por quien puedes orar hoy, siguiendo el ejemplo de Jesús?
Hoy celebramos la grandeza del amor de Dios, un amor sencillo pero profundo, que nos abraza y nunca falla. Reflexionamos sobre cómo, muchas veces, la iglesia y nosotros mismos hemos caído en una peligrosa acomodación: no solo a las circunstancias difíciles de la vida, sino, más grave aún, a las corrientes y valores del mundo. Esta acomodación nos lleva a diluir la verdad de Dios, a suavizar el pecado llamándolo “error” y a evitar el conflicto para no incomodar a otros, olvidando que la Palabra de Dios no vino a hacernos sentir bien, sino a confrontarnos y llevarnos al arrepentimiento.
Dios nos llama a vivir desde el espíritu, no desde el alma herida o influenciada por experiencias pasadas. El alma, marcada por heridas, ausencias y conflictos, tiende a buscar aprobación y a adaptarse al entorno, pero el espíritu, renovado por Cristo, nos invita a vivir en la verdad y a ser transformados. La vida cristiana no se trata de perfección exterior ni de religiosidad, sino de reconocer nuestra condición de pecadores redimidos y de buscar una intimidad real con Dios, donde la verdad y la sabiduría se revelan en lo secreto.
La iglesia no es un lugar de acopio ni de entretenimiento, sino un espacio de entrenamiento y formación de carácter, donde aprendemos a amar incluso a quienes nos incomodan y a llamar las cosas por su nombre. Defender la verdad implica también denunciar el pecado y abrazar al caído, sin ceder a la presión de las corrientes del mundo. Jesús mismo nos enseñó a amar a nuestros enemigos y a orar por quienes nos persiguen, mostrando que la misericordia de Dios es para todos, pero que su propósito es transformarnos.
La verdad de Dios es el cinturón que sostiene toda nuestra vida espiritual; todo lo demás se ata a ella. La espada del Espíritu, la Palabra de Dios, penetra hasta lo más profundo, separando el alma del espíritu y permitiéndonos discernir y vivir como verdaderos hijos de Dios. No se trata de vivir por emociones o ideales humanos, sino de caminar en la verdad, morir a nosotros mismos y seguir a Cristo, llamando al pecado por su nombre y buscando siempre la transformación que solo Él puede dar.
El amor de Dios es un amor sencillo. Es un amor que cuando llegamos a donde Él, Él no nos rechaza, sino que simplemente nos abraza. Y eso es verdaderamente el amor. Yo creo que eso es una de las cosas que hemos aprendido en esta iglesia, que tenemos que aprender a abrazar al caído, ¿cierto? Aquellas personas que llegan a esta iglesia necesitan hallar, esas personas necesitan hallar amor, ¿cierto? Cuidado, abrazos, en fin, necesitan ser amados, valorados y entendidos. [00:01:40]
Cada vez que nosotros permitimos que algo extraño llegue a nuestra alma, a nuestras emociones, a nuestro sistema de vida, inmediatamente eso va camino hacia dónde? Hacia el caos. No comienza. Es más, el resultado de lo que hoy estamos viviendo, de lo que hoy vivimos, es los primeros pasos que dimos. Por eso es que nosotros estamos conscientes de que no fue lo que me hicieron lo que me trajo hasta aquí, sino lo que yo hice con lo que me hicieron, lo que me trajo hasta aquí. [00:08:17]
La iglesia está conformada por pecadores redimidos. Y eso hace una diferencia brutal. Nosotros somos pecadores redimidos. En los cuales habita un Dios perfecto. En el cual no fue hallado pecado alguno. Tú sabes que de eso se trata la vida espiritual. [00:10:23]
La vida espiritual no es que yo haga ciertas cosas o tenga ciertas situaciones. Situaciones que el hombre juzga y dice, no, es que ese no es cristiano. No, la vida espiritual se trata de que yo entiendo de que el que habita en mí nunca pecó. Y que Dios me está llamando a ser como Él. Y pero para yo ser como Él, yo tengo que dejar mi vana manera de pensar y de vivir. Para entonces yo actuar de acuerdo como Él actuaría. [00:10:58]
Muchas veces, muchos de los hijos de Dios, de los cristianos, muchas veces estamos así. Deletreando nuestra vida. Y muchas veces, vivimos nuestra vida engañándonos a nosotros mismos. Y no nos atrevemos a llamar las cosas como son. No lo hacemos. Y eso es lo que muchas veces nos lleva a nosotros a vivir acomodándonos al mundo. [00:14:24]
Yo no puedo entender la vida de Dios si todavía mi alma es la que está dominando mis emociones. No puedo porque es que Dios no se entiende en el alma. Dios se entiende en el espíritu. Y el hijo de Dios habita en nosotros en espíritu y él nos revela sus propósitos y su voluntad a través de su palabra y la palabra es espiritual. [00:16:34]
El propósito de la palabra de Dios no es que haya un cambio de conducta en tu vida, sino que te guía arrepentimiento y el arrepentimiento es la que te lleva a abandonar el pecado, porque fuiste confrontado con la verdad de tu vida. [00:23:21]
La iglesia no está para entretener a la gente. Es más, la iglesia no fue llamada para ser un lugar en donde la gente venga y obtenga pollo, arroz, huevo y azúcar. ¿Quién dijo eso? ¿Quién dijo que la iglesia es un lugar de acopio? No, la iglesia es un lugar de entrenamiento, de formar carácter, el carácter de un hijo de Dios para que cuando salgan afuera, impaten el mundo. [00:25:32]
El propósito de la iglesia no es hacerte sentir bien. Es más, Dios no vino, Cristo no vino al mundo para hacerte sentir bien a ti y a mí. No, Él no vino. Él vino a salvarnos. Él vino a llevarnos por medio de su muerte y resurrección, a llevarnos a una relación con el Padre. Porque estábamos muertos y destituidos de la gloria de Dios por nuestros delitos y pecados. [00:26:25]
La iglesia es un lugar de entrenamiento donde se forman, donde somos formados. ¿Cómo? A través de tu hermanito. A través de tu hermanita. A través de las situaciones y circunstancias. A través de los conflictos. No te cae bien el que tienes al lado. Ay, Dios lo está utilizando para formar carácter en ti. Para tratar tu corazón. [00:27:02]
Dios nos ha llamado a amar a las personas que están desviadas de la verdad, sí, pero no a comulgar. Pero ¿por qué lo hacemos? Porque no tenemos carácter, pero sobre todo porque no tenemos convicción, sobre todo porque no estamos fundamentados en su palabra. [00:30:34]
La verdad ha sido tan crítica, no desde el día de hoy, desde siempre que Jesucristo dijo, yo soy la verdad. Es tan definitoria, es tan necesaria que nosotros como hijos de Dios conozcamos la verdad, que Jesucristo dijo eso. Yo soy la verdad, para que tú no mires a ningún otro lado, sino que solamente lo mires a Él, porque Él es la verdad. [00:34:19]
La única manera de que Dios utiliza a los hombres es por medio del quebranto. No son los talentos. Olvídate de los talentos. Es más, si tienes talento, tienes que morir a los talentos. Porque Dios no busca hombres talentosos. Dios usa hombres que quieran rendir su vida a Él. [00:36:07]
La invitación de Dios es a que primero seamos reales, honestos, vulnerables y sinceros en nuestra intimidad con Él. Creando con ello un ambiente de intimidad en donde convergen la realidad de tu condición y la verdad de Dios en medio de sus atributos y su carácter. En una armonía que crea un modelo secreto entre tú y Él ofreciéndote sabiduría. [00:38:46]
Sin intimidad tú no puedes conocer la verdad de Dios. Porque la verdad de Dios se revela en la intimidad. ¿En dónde? En los secretos. ¿Entre quién? Entre tú y Él. Porque en los secretos Él te hace conocer sabiduría. Dios no me va a revelar sabiduría a mí si yo primero no me he humillado. [00:39:26]
Nosotros no estamos a merced del enemigo, nosotros estamos a merced del que nos salvó. El que nos salvó es el que cuida de nosotros, el que tiene cuidado de nosotros. No importa dónde te hayas porque de la misma manera como el hijo pródigo se fue, Dios tenía los ojos depositados en ese hijo. Y su padre le velaba de noche hasta que ese hijo volviera nuevamente para recibirlo de nuevo. [00:43:28]
Dios no se conoce así. Dios se conoce solamente a través de la intimidad. Y dice, cosas demasiado maravillosas para mí que yo no comprendía. Oye, oye, te ruego y hablaré. Te preguntaré y tú me enseñarás. ¿Qué estaba sucediendo con él allí? Estaba comenzando a tener una qué? Una intimidad con Dios en donde reconocía su pecado. Donde se estaba humillando diciendo, Señor, yo creía que me las sabía todas, que yo era el tigre de los tigres aquí. Pero resulta que me he dado cuenta que no tengo entendimiento, que lo que yo hablo es vano. [00:45:51]
Toda nuestra vida de fe está atada a la verdad de Dios. No a los conceptos, no a lo que tú piensas o tú crees o te dijeron. No, todo está atado a la verdad de Dios. Y en la verdad está uno de los elementos más importantes, porque ese elemento sirve para cuidar y salvaguardar tu vida, que es la espada, que es la palabra de Dios. [00:54:46]
La palabra de Dios es como una espada de dos filos. ¿Cuántos filos tiene? Dos. ¿Y cuál es la función de ella? Entrar profundamente en el ser humano, pero con un propósito, de dividir el alma del espíritu. ¿Ves? Porque Dios sabe que nuestra alma está mezclada con pensamientos. Que muchas veces con ideas, con medias verdades, con lo que el mundo enseña, con lo que las corrientes están llamando a seguir, que tú sigas, con estas luchas de poder, con movimientos que se levantan buscando establecer sus propios derechos, gritando y vociferando, simplemente creando intimidad para los hijos de Dios. [00:55:30]
Cuando tenemos ideales, vivimos de ideales, creyendo de que la iglesia es un remanso de paz. Ahí es donde nos metemos en chicharrones. Y por eso es que muchos se van y huyen de las iglesias. Porque es que creen que la iglesia es un remanso de paz. No, está lleno de pecadores. Pero pecadores que han decidido ir por encima de ellos mismos. Que cuando, aunque no sientan, dan. Aunque no tengan, aunque vean todas las cosas difíciles y digan, no, pero es que con tal de que haya paz y con tal de que yo soy el que voy a morir y yo voy a pedir perdón. Aunque posiblemente yo tengo algo de derecho sobre mí, pero yo decido porque... Porque si tú quieres ser mi discípulo, toma tu cruz y sígueme. Muere a ti mismo. Ese es el reino de Dios. Los principios del reino de Dios. Y Dios nos ha llamado a andar en su verdad. No en mi verdad. No en tu verdad. Y nos enseña a llamar las cosas con su nombre. No estás en verdad, estás en pecado. [00:58:53]
I'm an AI bot trained specifically on the sermon from Jun 09, 2025. Do you have any questions about it?
Add this chatbot onto your site with the embed code below
<iframe frameborder="0" src="https://pastors.ai/sermonWidget/sermon/embracing-gods-love-truth-transformation-and-confrontation" width="100%" height="100%" style="height:100vh;"></iframe>Copy