Vivir una vida de alabanza continua no es sencillo, especialmente cuando las circunstancias no son favorables. El llamado es a bendecir a Dios en todo tiempo, no solo cuando todo va bien, sino también en medio de la fatiga, la enfermedad, la incomprensión y el dolor. David, el autor del Salmo, no escribió estas palabras desde la comodidad del palacio, sino desde el desierto, perseguido y amenazado, y aun así decidió que la alabanza nunca faltaría en su boca. Así, se nos invita a practicar una alabanza que no depende de las circunstancias externas, sino de una decisión interna de honrar a Dios en todo momento. [02:10]
Salmo 34:1 (Reina-Valera 1960)
Bendeciré a Jehová en todo tiempo;
Su alabanza estará de continuo en mi boca.
Reflexión: ¿En qué situación difícil puedes hoy decidir alabar a Dios, aunque no sientas ganas, y cómo cambiaría tu perspectiva si lo hicieras?
Alabar a Dios desde el sufrimiento no es fácil, pero tiene un poder y un efecto especial. Cuando la alabanza surge desde el dolor, la herida o la pérdida, no nace de la situación, sino del corazón. Job, después de perderlo todo, eligió no dejarse llevar por la queja, sino reconocer a Dios desde sus heridas. Esta alabanza, nacida en la adversidad, trajo restauración y bendición doble a su vida. Así, se nos recuerda que dar gracias en medio de la prueba nos lleva a la adoración y abre la puerta a la intervención y el consuelo de Dios. [16:51]
Job 42:10 (Reina-Valera 1960)
Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job.
Reflexión: ¿Cuál es una herida o pérdida reciente en tu vida donde podrías transformar la queja en gratitud y alabanza hoy?
Esteban, en el libro de los Hechos, experimentó milagros y prodigios cuando alababa a Dios en tiempos de alegría, pero fue en medio del sufrimiento, mientras era apedreado, que contempló la mayor gloria: los cielos abiertos y a Jesús en pie a la diestra de Dios. Alabar en el dolor nos permite dejar de ver las piedras que nos hieren y empezar a contemplar la gloria de Dios, experimentando una cercanía y revelación que no se da en tiempos de comodidad. Así, la alabanza en el sufrimiento nos lleva a una dimensión más profunda de la presencia de Dios. [24:17]
Hechos 7:55 (Reina-Valera 1960)
Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios.
Reflexión: ¿Qué “piedras” o dificultades te están impidiendo ver la gloria de Dios, y cómo podrías enfocar tu mirada en Él hoy a través de la alabanza?
Las heridas de la vida pueden paralizarte, bajarte los brazos o llenarte de confusión, pero nunca deben callar tu boca para adorar a Dios. Aunque no entiendas lo que sucede, aunque no comprendas el propósito, puedes presentarte delante de Dios en silencio, confiando en que todo lo que Él hace es bueno, perfecto y eterno. La adoración en medio de las heridas es una declaración de fe y confianza, y es ahí donde Dios se levanta a tu favor, mostrando que eres su hijo y que le perteneces. [39:01]
Salmo 110:1 (Reina-Valera 1960)
Jehová dijo a mi Señor:
Siéntate a mi diestra,
Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
Reflexión: ¿Hay alguna herida o dolor que has dejado que silencie tu adoración? ¿Cómo puedes hoy, aunque sea en silencio, presentarte ante Dios y confiar en su propósito?
Mientras la adoración celestial mantiene a Cristo sentado en el trono, la alabanza que brota del sufrimiento y la redención hace que Él se ponga de pie, mostrando su compasión y cercanía. Cuando clamas a Dios en medio de tus lágrimas y dolor, Él no permanece indiferente, sino que se levanta porque eres su hijo, llevas su naturaleza y le perteneces. Tu adoración, aun en medio de la prueba, conmueve el corazón de tu Padre celestial y atrae su presencia y consuelo de una manera especial. [31:12]
Apocalipsis 5:6 (Reina-Valera 1960)
Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.
Reflexión: ¿Cómo puedes recordar hoy que tu adoración, aun en el dolor, mueve el corazón de Dios y atrae su presencia a tu vida?
En esta tarde, hemos sido invitados a meditar en la profundidad del Salmo 34:1: “Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca.” Esta declaración, tan sencilla de memorizar pero tan difícil de vivir, nos desafía a mantener una actitud de adoración constante, sin importar las circunstancias. La vida cristiana no es una línea recta de bendiciones y alegrías; también atravesamos valles de dolor, incomprensión, enfermedad y pérdida. Sin embargo, la verdadera fe se revela no solo en los días de abundancia, sino especialmente cuando, desde la herida y el sufrimiento, decidimos seguir honrando a Dios.
David, el autor del salmo, no escribió estas palabras desde la comodidad del palacio, sino desde la persecución y el desierto. Su vida nos enseña que la alabanza auténtica no depende de la situación externa, sino de una convicción interna. Así como David alabó en la cueva y en el trono, estamos llamados a bendecir a Dios tanto en la escasez como en la abundancia.
La alabanza que nace del sufrimiento tiene un efecto distinto. No es la alabanza superficial de los labios, sino la que brota del corazón quebrantado. Job, tras perderlo todo, eligió adorar en medio de las cenizas, y Dios le restauró el doble. Esteban, en el momento de su martirio, dejó de ver los milagros y prodigios para contemplar la gloria de Cristo en pie, recibiendo su adoración. La Biblia nos muestra que, mientras la adoración celestial mantiene a Cristo sentado en el trono, la adoración que brota del dolor lo pone de pie, atento y cercano a sus hijos.
No se trata de negar el dolor ni de fingir alegría, sino de no permitir que las heridas silencien nuestra adoración. Cuando, en medio de la tormenta, levantamos nuestra voz o guardamos reverente silencio ante Dios, Él se manifiesta de manera especial. Somos suyos, llevamos su naturaleza, y cuando clamamos desde el quebranto, Él no permanece indiferente. Por eso, no dejes que tus heridas callen tu adoración; aunque las piernas tiemblen y los brazos caigan, que tu boca siga bendiciendo al Señor, confiando en que todo lo que Él hace es bueno y tiene propósito eterno.
Vemos cómo David sale de la cueva de Dolán y noten, a la edad de 30 años, le proclaman rey de Israel. Es decir, a una edad muy temprana se convierte en el hombre más poderoso del momento. Hermanos y hermanas, ahora David está en palacio.Ahora David tiene corona, ahora David tiene báculo, ahora David está en un buen momento, pero José, él sigue alabando a Dios y en el trono escribe el Salmo 108 y dice, oh Dios, mi Padre, mi corazón está dispuesto para cantar y entonar alabanzas a tu nombre porque esta es mi gloria. [00:08:25] (39 seconds) #AlabanzaEnElTrono
Alabar a Dios desde las heridas, alabar a Dios desde la incomprensión, alabar a Dios desde la fatija, alabar a Dios desde la mala noticia, no es fácil, ¡cuesta! ¿Lo saben? Para esto he venido.Y este es el mensaje. He venido para decirte, Cazonia, que es cierto que alabar a Dios desde el sufrimiento cuesta, pero también es cierto que la alabanza que nace desde el sufrimiento causa otro efecto,Que la alabanza que nace desde el sufrimiento causa otro efecto. [00:12:17] (38 seconds) #GraciasNoQuejas
Nuestros seres queridos no les perdemos. Les recuperamos en el reino de los cielos. Que gloria tenga su nombre.Soy en claro que la alabanza que nace desde el sufrimiento causa otro efecto. Si no crees, lo aplaudes. Dios. La alabanza que nace desde el sufrimiento causa otro efecto. [00:18:35] (69 seconds) #GloriaEnElSufrimiento
La mayor gloria que vio Esteban fue cuando alabó desde el sufrimiento. ¿Qué dices, Dani? Sí, la mayor gloria que vio Esteban fue cuando alabó desde el sufrimiento. ¿Por qué? ¿Qué veía cuando alabó desde la alegría? Lo dice la Biblia. Señales, prodigios, milagros. Pero cuando Esteban alabó desde el sufrimiento, dejó de ver las señales, los prodigios y los milagros para contemplar al Dios de las señales, al Dios de los prodigios y al Dios de los milagros. ¡Que gloria tenga su nombre!Dejó de ver el efecto para contemplar la causa. [00:23:42] (33 seconds) #NoSilenciesTuAdoración
La mayor gloria que vio Sadraz, Mesacia y Abednego no fue desde la grande Babilonia rodeados de fama. Fue en el horno de fuego rodeado de llamas. La mayor gloria que vio el apóstol Pablo fue estando preso. Estando preso se le revelaron la mayoría de las cartas. Sí, la mayor gloria que vio Esteban fue cuando alabó desde el propio sufrimiento. [00:24:17] (22 seconds) #ContemplaLaGloria
No dejes que tus heridas silencien tu adoración.Iglesia de Cazonia, no dejes que las heridas que te han realizado esta vida silencie la adoración para tu Dios. Sigue honrando a Dios. Sigue respetando a Dios. Sigue obedeciendo a Dios. Sigue intimando con Dios. Porque orar merece la pena. Tener comunión merece la pena. Estar con Dios merece la pena. Adorar a Dios merece la pena. Que gloria tenga su nombre. [00:27:17] (32 seconds) #CristoEnPieEnSufrimiento
Siempre, o por lo general, que vemos a Cristo en el trono, aparece sentado. Pero cuando Esteban a lavar en el sufrimiento, aparece en pie.Te lo repito, siempre, o por lo general, que vemos a Cristo en el trono, aparece sentado. Pero cuando Esteban a lavar en el sufrimiento, aparece en pie. [00:28:55] (21 seconds) #DiosApareceEnElEspíritu
I'm an AI bot trained specifically on the sermon from Feb 26, 2025. Do you have any questions about it?
Add this chatbot onto your site with the embed code below
<iframe frameborder="0" src="https://pastors.ai/sermonWidget/sermon/constant-worship-praising-god-through-all-circumstances" width="100%" height="100%" style="height:100vh;"></iframe>Copy