Hoy comenzamos Adviento recordando que esta temporada nos coloca entre dos venidas: la primera, cuando el Hijo eterno se hizo hombre para renovar nuestra esperanza; y la segunda, cuando el Rey volverá. Propuse un marco para las próximas semanas: ver a Jesús antes del pesebre, en el Antiguo Testamento, y comprender qué significa que Él es el Verbo de Dios. Señalé tres errores comunes con el Antiguo Testamento: creer que ya no importa, pensar que enseñaba salvación por obras, o reducirlo a ejemplos morales. La Escritura misma —y Jesús en el camino a Emaús— nos enseña a leerla cristo-céntricamente: no como un catálogo de héroes, sino como la historia de Dios preparando el camino para su Mesías y revelando su carácter en el tiempo.
Luego nos pararnos frente al pesebre: ¿quién es ese niño? Juan responde: en el principio era el Verbo. Jesús no es un ayudante cósmico ni una criatura excelsa; es Dios verdadero, eterno, personal, por quien y para quien fueron hechas todas las cosas. El niño en el pesebre sostuvo el universo cuando fue envuelto en pañales. La Navidad no es sentimentalismo: es el anuncio asombroso de que el Creador entró en su creación. Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Dios acampó en medio de su pueblo, no como una idea, sino en cuerpo y sangre, mostrando su gloria llena de gracia y verdad.
¿Por qué tuvo que venir? La Escritura da múltiples propósitos: para glorificar al Padre, buscar y salvar lo perdido, destruir las obras del diablo, sacar de tinieblas a los que creen y dar vida abundante a su pueblo. Por eso diciembre no puede ser solo correr y consumir; es tiempo de adorar intencionalmente. Y para el cansado y tentado, hay consuelo real: nuestro Sumo Sacerdote, hecho semejante a nosotros, puede socorrernos oportunamente. En la mesa del Señor anunciamos su muerte hasta que Él venga —y alimentamos un corazón que arde al ver a Cristo en todas las Escrituras.
Key Takeaways
- 1. El Antiguo Testamento sí importa No es un anexo incómodo ni un plan fallido que el Nuevo corrige. Sin esa historia, el evangelio se vuelve un fragmento sin contexto. Dios se dio a conocer en promesas, pactos, símbolos y narrativas que preparan nuestra comprensión de Cristo. Desenganchar nuestra fe del Antiguo Testamento es perder la trama de la redención. [11:27]
- 2. Toda la Biblia apunta a Cristo Jesús mismo nos enseñó a leer “Moisés y los profetas” como una única historia que desemboca en Él. La hermenéutica cristiana no es buscar moralejas, sino reconocer el hilo rojo de la promesa que culmina en la cruz y resurrección. Al ver a Cristo en las Escrituras, el corazón apático vuelve a arder. [18:18]
- 3. Jesús es Dios eterno y creador El Verbo no comenzó en Belén; ya era antes del tiempo, y todo fue hecho por medio de Él. El pesebre contiene al Autor de la vida, no una devoción tierna sin peso. Esta verdad transforma nuestra adoración: no nos acercamos a un mito entrañable, sino al Señor que sostiene el cosmos. [24:37]
- 4. La encarnación: Dios habitando entre nosotros El Hijo no jugó a ser humano; asumió nuestra carne y caminó nuestras calles, como el tabernáculo viviente de la presencia divina. No se nos pide explicarlo exhaustivamente, sino creerlo, adorarlo y vivir a la altura de esa cercanía. En Jesús, la gloria se volvió tocable: gracia y verdad con rostro y voz. [32:26]
- 5. Su humanidad nos socorre hoy Quien nos creó también nos comprende por experiencia: fue tentado, sufrió, y ahora intercede como Sumo Sacerdote fiel. Por eso podemos acercarnos confiados a la gracia cuando flaqueamos. La Navidad no es nostalgia; es acceso real a ayuda oportuna. [46:04]
Youtube Chapters
- [00:00] - Welcome
- [04:00] - Gratitud por retiros y voluntarios
- [05:00] - ¿Qué es Adviento?
- [06:30] - Serie: Antes del pesebre, Jesús en el AT
- [10:40] - Tres errores sobre el Antiguo Testamento
- [18:18] - Emaús: Jesús abre las Escrituras
- [21:14] - El Verbo: Dios eterno
- [24:14] - Creador, vida y luz
- [29:39] - Vivir diciembre en adoración
- [32:26] - El Verbo se hizo carne
- [34:23] - Habitó entre nosotros: tabernáculo
- [41:24] - Propósitos de su venida
- [46:04] - Consuelo para el cansado y tentado
- [49:39] - Cena del Señor y esperanza
- [52:08] - Corazones que arden en Adviento
