La Biblia es la Palabra de Dios, inspirada y sin error, y debe ser la autoridad suprema sobre toda vida y sociedad. No es simplemente un libro más, sino el mensaje directo de Dios para la humanidad, conteniendo toda la verdad necesaria para la vida presente y eterna. Cuando una persona o nación rechaza la Biblia, está rechazando a Dios mismo, y las consecuencias de tal rechazo son graves. Por el contrario, quienes escuchan y obedecen la Palabra reciben vida y bendición ahora y para siempre. [00:50]
2 Timoteo 3:16-17 (ESV)
All Scripture is breathed out by God and profitable for teaching, for reproof, for correction, and for training in righteousness, that the man of God may be complete, equipped for every good work.
Reflexión: ¿En qué área de tu vida necesitas someterte más a la autoridad de la Palabra de Dios hoy?
Jesús declara ser la vid verdadera y, al hacerlo, afirma su deidad y su papel como la única fuente de vida espiritual. Él utiliza el “Yo soy” que Dios reveló a Moisés, identificándose como el Dios eterno en carne humana. Creer en la divinidad de Cristo no es opcional; es esencial para la salvación. No importa cuán religioso o moral sea alguien, si no reconoce a Jesús como Dios, permanece en sus pecados y separado de la vida eterna. [10:19]
Juan 8:24 (ESV)
I told you that you would die in your sins, for unless you believe that I am he you will die in your sins.
Reflexión: ¿Crees verdaderamente en tu corazón que Jesús es Dios? ¿Cómo se refleja esa convicción en tus decisiones diarias?
La verdadera salvación se evidencia por el fruto visible en la vida del creyente: actitudes, deseos y conductas justas que demuestran la transformación interior. No basta con estar “pegado” externamente a Cristo o a la iglesia; la ausencia de fruto revela una fe falsa, como en el caso de Judas. El fruto no es perfección, pero sí una dirección dominante hacia la justicia, y es la única manera de saber si alguien es realmente discípulo de Cristo. [27:22]
Juan 15:5-8 (ESV)
I am the vine; you are the branches. Whoever abides in me and I in him, he it is that bears much fruit, for apart from me you can do nothing. If anyone does not abide in me he is thrown away like a branch and withers; and the branches are gathered, thrown into the fire, and burned. If you abide in me, and my words abide in you, ask whatever you wish, and it will be done for you. By this my Father is glorified, that you bear much fruit and so prove to be my disciples.
Reflexión: ¿Qué fruto concreto de justicia puedes identificar en tu vida esta semana como evidencia de tu relación con Cristo?
Dios, como el labrador, utiliza pruebas, dificultades y la disciplina para podar a sus hijos, eliminando el pecado y lo superfluo para que sean más fructíferos. Aunque el proceso puede ser doloroso, es una muestra de su amor y propósito de santidad. La aflicción es el mango del cuchillo, pero la Palabra de Dios es la hoja que realmente corta y transforma, llevándonos a una vida más santa y productiva para su gloria. [35:42]
Hebreos 12:10-11 (ESV)
For they disciplined us for a short time as it seemed best to them, but he disciplines us for our good, that we may share his holiness. For the moment all discipline seems painful rather than pleasant, but later it yields the peaceful fruit of righteousness to those who have been trained by it.
Reflexión: ¿Cómo puedes responder con gratitud y fe a una dificultad actual, reconociendo que es parte del proceso de Dios para hacerte más fructífero?
No basta con pertenecer a una tradición religiosa, a una nación o a una familia cristiana; la vida de Dios solo fluye a través de una conexión genuina y personal con Cristo, la vid verdadera. Todas las demás “vides” son falsas y no pueden dar vida. Solo estando arraigados y edificados en Jesús podemos experimentar la bendición y la transformación que Dios desea para nosotros. [20:15]
Colosenses 2:6-7 (ESV)
Therefore, as you received Christ Jesus the Lord, so walk in him, rooted and built up in him and established in the faith, just as you were taught, abounding in thanksgiving.
Reflexión: ¿De qué manera puedes profundizar hoy tu comunión personal con Cristo, asegurando que tu fe no sea solo una conexión superficial?
La Biblia es la única autoridad suprema, la Palabra de Dios escrita por Él mismo, y en ella encontramos toda la verdad necesaria para la vida presente y eterna. Cuando nos reunimos como iglesia, no venimos a escuchar opiniones humanas, sino a escuchar a Dios hablar a través de Su Palabra. Al llegar a Juan 15, nos situamos en la noche más crucial del ministerio de Jesús, cuando, después de despedir a Judas, se dirige solo con los once discípulos fieles hacia el Getsemaní. En ese trayecto, Jesús utiliza la metáfora de la vid y los pámpanos para revelar la naturaleza de la salvación genuina y la identidad verdadera de sus seguidores.
Jesús declara: “Yo soy la vid verdadera”, una afirmación de su deidad y de que solo en Él fluye la vida de Dios. Así como Israel fue la vid plantada por Dios en el Antiguo Testamento pero fracasó en dar fruto, ahora Jesús se presenta como la vid perfecta y única fuente de vida espiritual. No basta con estar externamente “pegado” a la vid, como lo estuvo Judas; la evidencia de una conexión real con Cristo es el fruto visible de justicia, transformación y obediencia. El Padre, como labrador, cuida de la vid: corta y desecha los pámpanos sin fruto (los falsos discípulos) y poda a los que dan fruto para que sean aún más fructíferos.
La poda, aunque dolorosa, es una obra amorosa de Dios para purificarnos y hacernos más productivos. Las pruebas, dificultades y pérdidas son instrumentos en manos del Padre, pero el verdadero cuchillo que limpia es la Palabra de Dios, que, aplicada en medio de la aflicción, nos convence, corrige y transforma. La vida cristiana auténtica se reconoce por el fruto: no por recuerdos, emociones o afiliaciones externas, sino por una vida transformada y perseverante en Cristo. La advertencia es seria: solo los que permanecen en Cristo y dan fruto son verdaderos discípulos; los demás, aunque parezcan estar cerca, serán finalmente apartados.
La invitación es a examinar nuestra conexión con Cristo, abrazar la disciplina del Padre y someternos a la Palabra, para que la vida de Dios fluya en nosotros y demos mucho fruto para Su gloria.
La Biblia es la autoridad, la única autoridad, el único libro que Dios escribió. Contiene 66 libros, 39 libros en el Antiguo Testamento, el cual es la revelación de Dios antes de Cristo, 27 libros en el Nuevo Testamento, la revelación de Dios desde la venida de Cristo, juntos constituyen los 66 libros de la Biblia. En la Biblia Dios habla, es su palabra. Cuando nos congregamos, no nos congregamos para oír a hombres hablar, venimos a oír a Dios hablar. [00:00:08] (33 seconds)
La responsabilidad entonces del pastor y del predicador es tomar el mensaje de Dios y traérselo a la gente. Siempre me he visto a mí mismo no como un chef, sino como un mesero. Mi responsabilidad no es crear la comida, sino tratar de llevarla a la mesa sin echarla a perder. [00:00:42] (17 seconds)
El drama que se desarrolla en esta analogía es simple. Hay una vid, hay alguien que cuida la vid y hay dos tipos de ramas o pámpanos. Pámpanos que dan fruto y que son podadas para dar más fruto. Pámpanos que no dan fruto son cortadas, se secan y quemadas. Así de simple. Como usted bien sabe, nuestro Señor podía decir cosas profundas en las maneras más simples. [00:12:02] (22 seconds)
Cualquier persona que va a conocer la vida de Dios tiene que estar conectado a Él. Y tiene que conectarse a Él genuinamente como Dios, como el yo soy. Todas las demás vides son vides falsas. Israel es una vid degenerada muerta. Cristo es la vid verdadera y viva. [00:24:18] (21 seconds)
Dice usted, ¿acaso todo cristiano tiene fruto? Sí, todo cristiano tiene fruto. Así es como usted sabe que usted es un cristiano. ¿Qué es fruto? Actitudes justas, anhelos justos, deseos justos, afectos justos, virtudes justas, conductas justas. Esa es la manifestación de la vida y en donde la vida de Dios existe, el fruto debe estar ahí. [00:27:45] (22 seconds)
La única manera en la que usted sabe que la fe es real, que la salvación es real, es por la evidencia. Mateo 7, Jesús dijo, por sus frutos los conoceréis. Y eso es repetido varias veces en los evangelios. Pablo en Romanos 6 dice, eran esclavos del pecado y ahora en Cristo se han convertido en esclavos de la justicia. Somos conocidos por nuestro fruto. Somos conocidos por la evidencia manifiesta de la transformación. [00:28:34] (24 seconds)
Pruebas, tribulación, problemas, el creyente debe esperar esto para ser fructífero. Y quiero añadir algo aquí. El labrador tiene un cuchillo. ¿Qué es precisamente ese cuchillo? El versículo 3 responde a eso. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Ya han sido salvos y fueron salvos por la palabra, ¿verdad? La fe viene por el oír la palabra. Ustedes fueron salvos por creer la palabra. Fue la palabra que llevó a cabo esta obra en ustedes. Renacidos por la palabra de verdad, dicen las Escrituras, y serán limpiados por la palabra. [00:36:08] (31 seconds)
La palabra de Dios es más filosa que toda espada de dos filos, y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y disierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Es un cuchillo de doble filo y corta en toda dirección. La palabra lo hace la verdad de Dios. [00:36:55] (17 seconds)
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